Japón retrasa la subida del IVA ante la fragilidad de su economía
El primer ministro Shinzo Abe decide aplazar dos años y medio el aumento impositivo para no dañar el consumo
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, ha decidido posponer este miércoles el aumento del IVA programado para abril de 2017 ante el peligro de que la subida impositiva perjudique a una economía que sigue situada en el estancamiento y la deflación, a pesar de un enorme programa de estímulo que ya dura más de tres años.
Abe comunicó este miércoles su intención de aplazar el aumento del IVA durante un encuentro con los miembros de su formación, el Partido Democrático Liberal, informa la agencia Kyodo. La decisión era ampliamente esperada por los mercados y podría ir acompañada de un nuevo incremento del gasto fiscal, según adelantan varios medios locales. Abe había prometido no aplazar esta subida impositiva a menos que la economía japonesa se enfrentara a una crisis financiera o a un desastre natural, pero durante la reunión de líderes del G-7 insinuó que había cambiado de opinión al advertir que había "ciertos paralelismos" entre la situación actual y la que condujo a la crisis financiera de 2008.
El temor de Abe es que el aumento del IVA, cuyo tipo debía subir del 8% al 10%, suponga un mazazo al consumo interno, un componente que contribuye en más de un 60% a la tercera economía mundial. Cuando en abril de 2014 se tocó el IVA por primera vez en 17 años -pasó del 5% al 8%-, los efectos sobre el consumo fueron peores de lo esperado y llevaron a Japón a la recesión. En el primer trimestre de 2016 la economía nipona creció un 0,4%, pero la recuperación está lejos de consolidarse.
La decisión de Abe evidencia el poco éxito de las medidas contundentes que puso en marcha desde su llegada al poder a finales de 2012 para que el archipiélago abandone casi dos décadas de estancamiento. El Abenomics, basado en el estímulo fiscal, la expansión monetaria cuantitativa y las reformas estructurales funcionó en sus comienzos, cuando un yen debilitado impulsó las ventas de productos japoneses en el exterior y permitió a las grandes empresas del país hacer caja. Pero la demora en la aplicación del tercer pilar de su estrategia -las reformas- ha dejado a Japón otra vez en el limbo a pesar de una política monetaria ultraexpansiva y con las tasas de interés en terreno negativo.
Abe ya aplazó esta subida a finales de 2014, disolvió el Parlamento y anunció la convocatoria de elecciones anticipadas para refrendar su política económica. Su partido se impuso por un amplio margen, lo que le dio vía libre hasta finales de 2018 para seguir con su proyecto de reanimar la maltrecha economía nipona. Varios analistas especulan con que Abe podría anunciar próximamente un movimiento similar y convocar elecciones legislativas para reforzar su mayoría.
De hecho, el aplazamiento de la subida del gravamen ya beneficiará a Abe de cara a los próximos comicios para renovar parte del senado que se celebrarán en julio. Además, el primer ministro manda un recado a su sucesor, porque la nueva subida de impuestos queda fijada para abril de 2019 y su mandato como primer ministro y presidente de su partido termina aproximadamente un año antes.
La decisión de subir el IVA de forma progresiva responde a la necesidad de conseguir más recursos que ayuden a financiar la seguridad social en un país que cuenta con una población muy envejecida. También para hacer frente a la enorme cantidad de deuda pública, situada en casi el 220% del PIB, según datos del Banco de Pagos Internacionales. En este sentido, el movimiento de Abe añade incertidumbre sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas del país.
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