Las exportaciones chinas se disparan un 18,7% en marzo
Las importaciones siguen en terreno negativo, pero la demanda de ciertas materias primas repunta
El potente sector exportador chino se recuperó en marzo de los pésimos registros de principios de año. Las ventas al exterior del país se dispararon un 18,7%, el mayor crecimiento en trece meses, apoyadas por el empuje de la actividad económica tras el parón por el Año Nuevo chino y por las vastas medidas de estímulo aprobadas por Pekín durante el año pasado, que parecen estar animando parte del sector industrial.
China vendió en el extranjero por valor de unos 143.000 millones de euros, una cifra mejor de lo esperado por los analistas, según datos facilitados este miércoles por la Administración General de Aduanas. El país logró compensar el fuerte batacazo sufrido en febrero, cuando las exportaciones se desplomaron un 20,6%, la mayor caída mensual desde 2009. Parte del auge se explica porque la cifra se compara con el mismo mes del año anterior, en este caso marzo de 2015, que fue desastroso para el comercio exterior.
Pero los analistas observan también cierta estabilización después de varios meses encadenando bajadas: "hay señales de que el ritmo de caída de las exportaciones está tocando fondo. Hay que recordar que el valor de las exportaciones ha sido arrastrado a la baja por el descenso del precio de las materias primas. Los volúmenes de exportación se sostienen mejor que su valor", asegura Mark Williams, economista jefe de Capital Economics para China, en una nota.
La recuperación de las exportaciones da señales de un ligero repunte de la economía china, cuyo crecimiento se ha frenado en los últimos años en medio de una ardua reestructuración interna para lograr un modelo de crecimiento más sostenible. En su último informe de proyecciones, si bien el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó a la baja el crecimiento de la economía global para este año y el próximo, añadió dos décimas más a China y auguró un avance del 6,5% en 2016 y del 6,3% en 2017. El PIB del gigante asiático creció un 6,9% el año pasado, la cifra más baja del último cuarto de siglo.
Los datos de marzo dejaron otra señal positiva. A pesar de que las importaciones se mantuvieron en terreno negativo (-1,7%), registraron el mejor dato desde finales de 2014. Destaca el empuje de la demanda de ciertas materias primas como el cobre, el petróleo y el hierro, cuyos volúmenes de compra aumentaron un 30,1%, un 13,4% y un 6,5%, respectivamente. Estos aumentos responderían a un incremento de la actividad de los sectores manufactureros, construcción e inmobiliaria durante los primeros meses del año. El crecimiento del consumo eléctrico durante en marzo apunta a esta misma posibilidad.
Los mercados asiáticos respondieron a los datos con ganancias: Shanghái avanzó un 1,4%, Hong Kong un 3,2% y Tokio un 2,8%. Las compañías energéticas lideraban las subidas, impulsadas también por los rumores de que Rusia y Arabia Saudí han alcanzado un acuerdo para congelar su producción de petróleo.
El repunte en marzo, sin embargo, no esconde que el comercio exterior chino sigue siendo débil. En el conjunto del primer trimestre, la compraventa de mercancías con el extranjero reculó de media un 5,9%, una cifra no muy lejana a la caída de un 7% que sufrió el año pasado, el peor registro desde el estallido de la crisis financiera internacional. "Sigue habiendo obstáculos obvios que complican el desarrollo del comercio exterior de China. La situación internacional es complicada", dijo Huang Songping, portavoz de las aduanas del gigante asiático.
De hecho, los niveles de comercio de China con sus principales socios comerciales siguen en horas bajas. En los tres primeros meses del año, los intercambios con la Unión Europea cayeron un 1,4%, con Estados Unidos un 3,4% y con la Asociación de Países del Sudeste Asiático (ASEAN) un 8,5%.
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