Expertos constatan el aumento de la desigualdad en países ricos
Catedráticos de Economía reflexionan sobre las causas del incremento de la brecha entre ricos y pobres en un debate organizado por el Colegio de Eméritos y La Caixa
¿Realmente ha aumentado la desigualdad? ¿Y desde cuándo? Tres catedráticos de Economía han intentado dar una respuesta a estas preguntas en el primero de los cinco debates que organizan el Colegio Libre de Eméritos Universitarios y la obra social de La Caixa, y que ha tenido lugar en el CaixaForum, en Madrid. Una de las conclusiones a la que han llegado los ponentes, moderados por el también catedrático Luis Ayala, es que el crecimiento económico en los países ricos presenta claroscuros. Desde los años noventa la desigualdad ha ido aumentando, sobre todo a nivel interno de cada país, tanto en los desarrollados como en los en vías de desarrollo, por efecto de dinámicas enlazadas entre sí.
La brecha existente entre países ricos y pobres se ha reducido en los últimos cien años, gracias, entre otras cosas, al crecimiento de países con altas cargas demográficas, como China, India o Brasil, ha explicado el catedrático de Economía aplicada de la Universidad Complutense de Madrid, José Antonio Alonso. Esto no significa, ha añadido, que la desigualdad en estos contextos no haya crecido, pero sí que el rápido crecimiento de sus economías ha reducido la diferencia con los países más desarrollados.
“La desigualdad es un freno al crecimiento”, ha agregado el catedrático de Economía cuantitativa de la Complutense, Alfonso Novales, porque “en un país muy desigual, reducir el nivel de pobreza necesita de un crecimiento mayor que en países donde la sociedad está más equilibrada”. Emilio Ontiveros, catedrático de Economía de la empresa de la Universidad Autónoma de Madrid, ha subrayado que, sin embargo, es en los países ricos donde ha aumentado la desigualdad en los últimos años. “Los mismos Bill Gates y George Soros advirtieron sobre la necesidad de equilibrar el mecanismo de distribución”, ha considerado el economista, hablando sobre la sostenibilidad del sistema económico.
Movimientos de capitales
Uno de los elementos clave de la creciente desigualdad en países desarrollados es la paulatina reducción del nivel de las rentas en relación al trabajo. Los salarios se han reducido, mientras que la riqueza por horas trabajadas ha crecido. “Ahí llevaba razón Piketty”, ha añadido Ontiveros, citando al catedrático de la Escuela de Economía de París y autor del libro El Capital en el siglo XXI. La dinámica globalizadora, la deslocalización productiva, o la misma ola migratoria, acompañada por un envejecimiento de las sociedades desarrolladas, han ampliado la brecha entre ricos y pobres, ha precisado Ontiveros. Todos estos factores, vinculados a la liberalización de los movimientos de capitales, han creado las condiciones para que la desigualdad aumentara.
“Lo mismo se podría decir del cambio tecnológico, que ha generado la cuarta revolución industrial, pero cuyo efecto resulta aún poco claro”, ha considerado Ontiveros. Los cambios tecnológicos tienen efecto en la capacidad de defensa de los salarios, ha sostenido José Antonio Alonso. Alfonso Novales, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, ha reconocido que la globalización ha causado un incremento de la desigualdad, por efecto sobre todo de la deslocalización productiva: “Estamos viviendo una época que es casi de revolución, de la que somos conscientes, pero a la que no sabemos cómo reaccionar”, ha advertido.
El invierno demográfico y las transformaciones de la estructura social son parte de una “revolución” a la que hay que enfrentarse a todos los niveles, económicos, sociales, educativos, ha afirmado Alfonso Novales. Pero frente a todos estos índices, se debería pensar más que en el crecimiento en medidas de políticas redistributivas, que garanticen sobre todo la igualdad de oportunidades, han coincidido los ponentes, abriendo un capítulo aún por escribir
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