Curvas en Latinoamérica
El abaratamiento de las materias primas complican el panorama de la región
Los pronósticos de organismos multilaterales, bancos y consultoras sobre la economía latinoamericana suelen prever más crecimiento del que finalmente se experimenta. Por ejemplo, hace 12 meses el consenso de los mercados preveía una leve aceleración del crecimiento en la región, del 1,9% para 2015, y ahora reconocen la primera contracción latinoamericana desde la crisis mundial de 2009, del 0,2%, según la firma Focus Economics. En el caso de 2016, los mismos bancos y consultoras encuestadas anticipan que América Latina crecerá solo 0,6%. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), después de pronosticar hace un año que el PIB regional se expandiría el 2,2% en 2015, ahora calcula que está reduciéndose el 0,4% y predice que el año próximo se recuperará solo el 0,2%.
Ni el contexto internacional ni la situación propia de las economías latinoamericanas contribuyen a recuperar el dinamismo perdido de los primeros años del siglo XXI. Aunque EE UU crece más, y eso ayuda a México, Centroamérica y el Caribe, China, primer socio comercial de varios países sudamericanos, se desacelera año a año. La demanda del gigante asiático había sido uno de los principales factores del ya finalizado periodo de altos precios de las materias primas, principales exportaciones sudamericanas y recurso fiscal clave para México.
La CEPAL prevé que en 2016 el petróleo y los minerales se mantengan bajos, con el consiguiente perjuicio para las economías mexicana, colombiana, venezolana, peruana y chilena, entre otras. Los productos agrícolas tienen mejor perspectiva, para fortuna de Brasil y Argentina. La subida de los tipos de interés de EE UU, aunque moderada, suma presión al abaratamiento de los productos básicos e impulsa la salida de capitales de Latinoamérica, con las consiguientes devaluaciones de las monedas y su impacto en términos de inflación. A todo se suman las crisis económicas que afrontan Argentina, Brasil y Venezuela. Estos dos últimos países, además, padecen crisis políticas que retroalimentan a las de las economías.
“En el contexto actual adquieren mayor relevancia las políticas fiscales activas, promoviendo ajustes inteligentes: mirar tanto el nivel de gasto público como su composición para evitar ajustes excesivos en la inversión pública y el gasto social; revisar la estructura de subsidios a los combustibles y los incentivos tributarios, buscando potenciar instrumentos de promoción de inversiones y financiamiento gasto social; y reducir la evasión [tributaria]”, recomendó la secretaria ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcena, al presentar las predicciones de su organismo.
La economista Nora Lustig, de la Universidad de Tulane (EE UU), alerta sobre un aumento de la pobreza regional después de la bajada de la década pasada: “Probablemente haya reversiones importantes donde la economía crezca poco o caiga. Además, la posibilidad de usar la política fiscal para mejorar la situación social se redujo porque el margen fiscal se ha achicado brutalmente, especialmente por el abaratamiento de materias primas”.
Brasil decreció este año un 3,5% y se contraerá otro 2% en 2016, según la CEPAL. En el mundo financiero, JPMorgan aparece como uno de los bancos más pesimistas para el año próximo, con una predicción de bajada del 3,7% del PIB. En cambio, BBVA aparece como uno de los más optimistas al prever una contracción del 0,5%. El economista George Gray Molina, del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), teme que comience a revertirse algo de la histórica bajada de la pobreza que Brasil había logrado en los años anteriores.
La economía mexicana se expandirá al 2,5% en 2015 y casi al mismo ritmo en 2016, según la CEPAL. El Santander se atreve a prever un 3,5%, mientras que Bank of America Merrill Lynch vaticina un 2,5%. El problema de México es que la economía crece poco y la pobreza aumenta, como lo demostraron los datos oficiales difundidos en julio pasado.
Así como los organismos y los bancos esperaban hace un año que a Brasil y México les iría mejor de lo que les fue, pronosticaban para Argentina un escenario peor que el actual. La CEPAL prevé que la economía argentina acabe 2015 con un alza del 2% y los bancos y consultoras que pronostican el PIB extraoficial, es decir, sin la manipulación estadística aplicada por el kirchnerismo, hablan de un crecimiento del 0,8%, según Focus Economics. Para 2016, primer año del liberal Mauricio Macri en el poder, la entidad de la ONU anticipa que la economía crecerá menos, el 0,8%, mientras que JP Morgan predice una caída del 0,5% y Nomura, una expansión del 1,2%.
Las otras grandes economías se mantendrían en la misma senda que en 2015, según la CEPAL: Chile, con una expansión del 2,1%; Colombia, con una 3%; Perú, con una leve aceleración al 3,4% y Venezuela, con otro fuerte derrumbe del 7%. Los bancos son ligeramente más optimistas con los PIB chileno y venezolano. Son las economías pequeñas, como las de Bolivia, Cuba, Guatemala, Nicaragua, Panamá y República Dominicana, las únicas que crecerán más del 4%.
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