Un primer paso en un momento muy oportuno
Las nuevas cuotas de poder del FMI recién desbloqueadas ya se han quedado obsoletas pero era necesario reconocer el nuevo papel crucial de países como China
Desde 2010, China se ha convertido en el principal prestamista de América Latina con 94.000 millones de dólares, según los datos del Centro de Desarrollo de la OCDE. Si las dificultades económicas y financieras que atraviesan algunas economías de la región derivaran en una crisis de balanza de pagos y una suspensión de pagos, la situación difícilmente podría resolverse sin la activa participación de China en el proceso y eso exige, cuando menos, un reconocimiento a su nuevo papel en la estructura financiera internacional.
La aprobación por parte del Congreso de Estados Unidos de la reforma del sistema de cuotas del Fondo Monetario Internacional (FMI) es una mínima cesión de poder por parte de las viejas potencias y un minúsculo reconocimiento al nuevo papel de los grandes países emergentes. Pero es un primer paso.
Ante las resistencias estadounidenses, principalmente del Partido Republicano, el FMI decidió avanzar por su cuenta con el nombramiento de un reconocido economista chino como número tres del Fondo —Zhu Min— y, más recientemente, con la inclusión de la divisa china, el yuan o renminbi, en la cesta de monedas que conforma los activos de reserva del organismo.
Los líderes de las grandes economías emergentes ya habían advertido al Fondo de su pérdida de legitimidad si sus estructuras de voto no reflejaban el creciente peso de países como China o India en la economía global. Una amenaza que empezó a materializarse con la creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructuras (AIIB, en sus siglas en inglés), un banco de desarrollo en la línea del Banco Mundial financiado básicamente por China.
En realidad, las nuevas cuotas ya se han quedado obsoletas y el organismo deberá negociar un nuevo reparto de poder. Pero la reforma conlleva un aumento de capital que permitirá al FMI abordar tranquilamente posibles episodios de crisis, como la vivida en la zona euro. Dada la situación de algunas economías latinoamericanas, el momento no puede ser más oportuno.
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