El FMI pide medidas a los países del G20 para evitar un frenazo económico
El Fondo cree que el BCE debería extender sus estímulos si la inflación flaquea
El parón de China y el temblor de los mercados financieros marcarán la reunión de ministros de Finanzas del G20, el grupo de los países más industrializados —es decir, más ricos— que arranca el viernes. El documento previo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la cita también deja clara su preocupación: el organismo pide tanto a los gobiernos como a los bancos centrales que mantengan las políticas de apoyo al crecimiento.
Año tras año, cumbre tras cumbre, el G20 ve una recuperación económica global que no se acaba de consolidar y que permanece plagada de incertidumbres. El crecimiento mundial perdió fuelle en el arranque de 2015 con relación al final de 2014 y la ralentización de la economía china abona el pesimismo para lo que queda de año. Según el Fondo, en la mayoría de países avanzados la política monetaria “debería mantenerse acomodaticia” ya que la inflación queda lejos de los objetivos y, por tanto, no hay necesidad de frenar la máquina de imprimir dinero.
Problemas para América Latina por el petróleo y el dólar
El FMI alerta sobre todo esta vez del freno de las economías emergentes, más allá de China, ya que éstas tienen menos margen que los países desarrollados para las políticas de inversión y gasto público que estimulen el crecimiento. América Latina ha sufrido especialmente la bajada del precio del petróleo y el menor dinamismo de Estados Unidos en el arranque del año. El declive en Brasil fue superior a lo esperado y México, otro de los grandes de la región, también creció por debajo de los pronósticos. Además, la subida del cambio del dólar va a complicar el pago de la deuda a muchos países endeudados con esta divisa. El FMI pide a los emergentes el difícil encaje de bolillos de asegurar unas cuentas públicas sostenibles e impulsar el crecimiento con inversiones en infraestructuras, entre otras cosas, así como reformas en el campo de la inversión o la educación.
El mensaje llega el día en el que se celebra la reunión mensual del Banco Central Europeo (BCE) y apenas dos semanas antes de que la Reserva Federal (Fed) decida si aprueba ya la que sería la primera subida en 10 años de los tipos de interés, ahora en cero. La situación redobla la presión sobre el mayor banco central del mundo, aunque el FMI ya ha sido mucho más explícito este verano al pedir abiertamente a la Fed que aguarde.
Esta vez reclama una “comunicación efectiva” sobre lo gradual que será la subida del precio del dinero en EE UU (ya que las expectativas del mercado pueden no coincidir con la Fed) y es más directo con el BCE. El documento del Fondo resalta cómo el programa de compra de bonos a gran escala (la llamada expansión cuantitativa) que comenzó en marzo ha mejorado la confianza y las condiciones financieras en la zona euro, pero advierte de que este plan “debería extenderse si no hay suficiente mejora en la inflación” respecto a los objetivos de estabilidad de precios a medio y largo plazo.
El FMI también pide a los Gobiernos de países avanzados políticas de estímulo, aunque admite que el volumen de deuda pública supone un considerable problema —“reto”, la palabra que suele preferir el organismo— en un entorno de crecimiento bajo y baja inflación (que hace que el peso real de ese pasivo contraído sea mayor).
El actual ritmo de reactivación ni siquiera está garantizado. “Sigue siendo relevante el riesgo de un estancamiento secular para las economías emergentes y los riesgos geopolíticos para los mercados emergentes como consecuencia de lo acontecimientos en Ucrania, Oriente Medio y parte de África”, señala el Fondo.
Señala que los países del G20, que no dejan de expresar preocupación por la ralentización global, deben impulsar también reformas estructurales, sobre todo en el ámbito laboral y de liberalización de los mercados, para impulsar el crecimiento económico potencial.
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