Ricardo Salgado, en prisión domiciliaria por la ruina del imperio Espírito Santo
El máximo responsable del extinto BES ya estaba en libertad bajo fianza por otro escándalo financiero
Ricardo Salgado, el último gran magnate de Portugal, el responsable del imperio Espírito Santo, nacido hace tres siglos, está desde anoche en prisión domiciliaria, tras haber sido interrogado por el juez Carlos Alexandre por su implicación en la ruina del Banco Espírito Santo y su holding de empresas, que empezaron a caer justo hace un año.
El 24 de julio de 2014, Salgado declaraba por posible blanqueo de capitales relacionado con un “regalo” de 14 millones de euros, en la llamada operación Monte Branco. Del despacho del juez salió con libertad bajo una fianza de tres millones de euros, la más alta en la historia judicial de Portugal, y la prohibición de salir del país.
El interrogatorio del viernes obedece, según ha comunicado el Ministerio Fiscal, a una declaración “en torno al universo del Espírito Santo”, es decir, en torno a las relaciones del banco BES, que dirigía, con las empresas de la familia, que también dirigía y que se encuentran en suspensión de pagos. Su declaración, a diferencia de las anteriores, es ahora imputado. El Ministerio Fiscal aclara que la imputación de Salgado fue realizada el miércoles, en otro interrogatorio. Otras seis personas han quedado imputadas por su gestión en el BES. A todos se les acusa de los delitos de falsificación, falsificación informática, fraude, abuso de confianza, corrupción y blanqueo de capitales.
El abogado de Salgado, Francisco Proença de Carvalho, anunció a los medios el arresto domiciliario, aunque sin pulsera electrónica. El imputado solo podrá abandonar su casa con permiso del juez. El abogado calificó la medida de "desproporcionada" y anunció que no van a aceptar "juicios sumarios de nadie y nos defenderemos al máximo".
Hace un año que el Banco de Portugal tuvo que intervenir en el BES y destituir de la dirección a Salgado y al resto de miembros de la familia. En este tiempo, la presión sobre los responsables del eximperio ha ido aumentando. Si al principio se congelaron todas sus cuentas bancarias hasta el tercer lazo de consanguinidad, desde hace unos meses la Policía Judicial ha estado inventariando los bienes más personales, desde sus extensas propiedades en Comporta hasta relojes, cuadros, joyas y coches, pasando por la capilla familiar en la vivienda de Cascaes. Todo ello para valorar los bienes e intervenirlos en el caso de que haya que hacer frente a multimillonarias indemnizaciones a clientes por el hundimiento del imperio Espírito Santo.
En la auditoría forense del banco, realizada por Deloitte a petición del Banco de Portugal, el auditor destaca que hay falsificación de cuentas del holding Grupo Espírito Santo (GES), además de prácticas lesivas para algunos depositantes en discriminación sobre otros, y desobediencia reiterada a las órdenes dadas por el banco central.
Pese al año de investigaciones por parte del Banco de Portugal, auditorías, querellas nacionales e internacionales, sobre Ricardo Salgado aún no se había presentado imputación alguna por posibles delitos cometidos durante su gestión. En este tiempo, Salgado instaló su despacho profesional, primero en un hotel de Estoril, y después en un pequeño apartamento próximo a su casa, desde donde prepara su defensa legal. Ahora ya no podrá cruzar de casa al despacho sin permiso del juez.
En estos momentos hay abiertas cinco investigaciones autónomas sobre la caída del BES, aunque de una de ella dependen 73 procesos judiciales.
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