Nuevo revés a la opa de Caixabank sobre el banco portugués BPI

"La opa está muerta", ha dicho el representante de Isabel dos Santos en el Banco BPI; "la opa está viva", ha dicho el presidente del banco, Fernando Ullrich. Muerta o viva, ambos podrían coincidir en que el envite lanzado por Caixabank sobre el BPI goza de muy mala salud.

La junta de accionistas de BPI, reunida unos minutos en la mañana de hoy miércoles en Oporto, votó en contra de cambiar los estatutos para que se acabe con el límite de votos que puede ejercer un accionista. Esta es una condición indispensable -según la opa de Caixabank- para que el banco acceda a comprar la mayoría de las acciones. En estos momentos posee el 44,1%, pero solo el 20% de los derechos de voto, lo que le impide, como se ve, gobernar el banco. Para acabar con esa situación "anómala", según el consejero delegado de Caixabank, Gonzalo Gortázar, se lanzó la opa; pero el segundo mayor accionista, Isabel dos Santos, hija del presidente de Angola, se ha mostrado en contra de cambiar los estatutos. Ella posee los mismos derechos de voto con el 18,9% del capital.

La opa anunciada en febrero aún no se ha registrado oficialmente porque faltan los vistos buenos del Banco Central Europeo y del Banco de Angola, por lo cual Caixabank había pedido el aplazamiento de la asamblea. Si extraña la parálisis del BCE, no así la del banco nacional africano, que no va a hacer nada que pudiera perjudicar a Isabel dos Santos, o sea, al presidente del Gobierno del país.

Caixabank ofrece 1,3 euros por acción y, desde el primer momento, los otros accionistas, como la familia Violas, señalaron que la valoración era baja, incluso aprobaron en junta del BPI que el precio debería rondar los 2,4 euros. Pero la oposición de Dos Santos va más allá, pues frente a la opa de Caixabank, ella propuso la fusión de BPI con el banco BCP, donde Sonangol, la empresa estatal de petróleos angoleños, es la principal accionista. Esa operación sería buena para los intereses angoleños y también para el sector bancario portugués que reduciría su fragmentación; pero mala para La Caixa.

Mário Silva, el representante de Dos Santos en el consejo de BPI, señaló tras votar en contra del desblindaje de los estatutos: "La opa no reúne las condiciones que fueron anunciadas para tener éxito. Diría que sí, que la opa murió", aunque también negó que hubiera en estos momentos condiciones para la fusión BPI-BCP. La cuestión es que si Caixabank necesita de Dos Santos para acabar con el límite de votos, la empresaria angoleña necesita de Caixabank si quiere realizar la fusión.

Ante esta parálisis, aumenta la impresión de que Caixabank se desprenderá de su posición en BPI -de parte o de toda-, primero porque su mayoría accionarial no le sirve para gobernar -el presidente Ullrich se abstuvo- , y después porque el BCE exige cubrir el riesgo de exposición en Angola. Actualmente todos los beneficios del banco proceden de su filial en el país africano, el Banco de Fomento de Angola, donde posee el 51% (el resto es propiedad de Dos Santos).

El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, declaró recientemente que no tienen sentido tener más capital en BPI que sus derechos de votos, es decir, que podría vender la mitad de su actual 44,1%. Tras el nuevo revés a Caixabank, ésta emitirá un comunicado, según explicó Silva a la salida de la asamblea.