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El Gobierno prevé acabar la legislatura con más empleo que en 2011

Dice que 2015 cierra en 18,2 millones de ocupados, con 600.000 puestos de trabajo más

Alejandro Bolaños
El ministro de Economía, Luis de Guindos (a la izquierda) y Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda
El ministro de Economía, Luis de Guindos (a la izquierda) y Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda Ballesteros (EFE)

“Hasta ahora me habían oído decir que la recesión había quedado atrás, pero no la crisis. Pero si se cumplen estas previsiones, se puede dejar atrás la crisis”. Así sintetizó este jueves el ministro de Economía, Luis de Guindos, las nuevas predicciones del Ejecutivo de Rajoy, que, antes, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, ya había presentado, como “las mejores de la crisis”. Unas previsiones que apuntan a un ritmo de creación de empleo suficiente, 601.000 puestos de trabajo más este año, como para acabar la legislatura por encima del nivel de ocupación con el que cerró 2011, el último año del anterior Gobierno socialista.

Las nuevas previsiones

  • PIB. El Gobierno espera que la economía española crezca este año el 2,9%, lo mismo que en 2016. Para 2017, calcula que será el 3%, lo mismo que en 2018.
  • Paro. Espera que la tasa de paro media sea este año del 22,1%. El año que viene, del 19,8%. En 2017, del 17,7% y en 2018, el último año incluido en el Plan de estabilidad, del 15,6%.
  • Déficit. Las previsiones de desviación presupuestaria llevan a esperar que en 2018 se haya acabado casi con el déficit, gracias a la mejora de la economía. En el 2015 el Ejecutivo calcula que se terminará con un déficit de las Administraciones Públicas del 4,2%, que se reducirá al 2,8% en 2016 y al 1,4% en 2017. En 2018 creen que se quedará en el 0,3%.

La drástica mejora en el pronóstico del Ejecutivo del PP, plasmada en el programa de estabilidad enviado este jueves a la Comisión Europea, amplifican el mensaje optimista más reciente del Ejecutivo del PP, con las elecciones a las puertas. Mariano Rajoy ya había anticipado que el nuevo diagnóstico oficial sitúa el avance del PIB para este año en el 2,9%. Un ritmo, cercano al 3%, que la predicción del Ministerio de Economía estira ahora hasta 2018.

Una recuperación más robusta que, según el Gobierno, se traducirá en más empleo. Economía cree que la generación de puestos de trabajo no bajará del medio millón al año, con lo que la ocupación pasaría de los 17,57 millones de personas de 2014 a los 19,7 millones cuatro años después, “cerca de los 20 millones que fijó el presidente como objetivo”, subrayó Guindos en la conferencia de prensa tras el Consejo de Ministros que aprobó el programa de estabilidad. La economía española comenzó la crisis, en 2007, con 20,5 millones de puestos de trabajo.

El tirón del empleo en 2014 y 2015 (un millón más de puestos de trabajo, según el vaticinio del Gobierno) permitiría saldar la legislatura con un exiguo aumento de la ocupación, apenas de 17.000 empleos; 18,170 millones frente a los 18,153 con los que acabó 2011. Un resultado casi insignificante en un periodo de cuatro años, sobre todo si se compara con los 5,4 millones de parados con los que todavía se ha abierto este año. Pero el pronóstico ha mejorado de forma sensible.

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Hace dos años, cuando había 6,2 millones de desempleados y la tasa de paro escalaba al 27%, el Gobierno ajustó sus pronósticos, superados por la realidad, y se volvió más pesimista sobre la salida de la crisis, tras un arranque de legislatura marcado por la reforma laboral, los recortes presupuestarios, el rescate europeo a la banca y una nueva recesión. Entonces creía que se destruirían 1,3 millones de puestos de trabajo durante la legislatura. Y todavía en 2014, cuando la recesión ya había acabado, el balance previsto era de una pérdida de casi 400.000 empleos respecto a 2011.

La mejora en las previsiones alcanza también a la evolución del paro. Para este año, el Gobierno anticipa que paro descenderá en 590.000 personas para situarse por debajo de los cinco millones de parados (4,87 millones de personas) a finales de 2015. De este modo, la tasa de paro también acabaría 2015 (21,1%) algo mejor que en el último trimestre del Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero (22,6%), aunque el Ejecutivo del PP ya daba por alcanzado este hito que perseguía en la previsión oficial anterior (22,2%).

En los cuatro años de previsión, la tasa de paro alcanzaría el 15,6% de la población activa en 2018, muy lejos aún del 8% que se alcanzó en 2007. El contraste entre el nivel de empleo, muy similar al de antes de la crisis, y el de la tasa de paro, todavía lejano, reflejaría un aumento significativo en la población activa. En las cuentas del Gobierno, tampoco hay referencia de que en los tres primeros años de legislatura se han creado 300.000 empleos a tiempo parcial más. O a que los salarios de entrada en los nuevos empleo son ahora más bajos que en el inicio de la legislatura, fruto de la devaluación interna que abrió la reforma laboral.

Desde 2013, el Ejecutivo de Rajoy había sido muy cauteloso en las previsiones, más ajustadas a las de organismos internacionales y analistas privados. Pero el inicio de la recuperación, en 2014, algo mejor de lo previsto, con un avance del 1,4% en el PIB y la creación de 434.000 puestos de trabajo, han cambiado el tono del Gobierno. Y, cuando las citas electorales llaman otra vez a la puerta, la previsión oficial vuelve a situarse entre las más optimistas.

El crecimiento previsto (un avance del 2,9%) para este año por el Gobierno, supera el pronóstico de los analistas privados españoles (un 2,6% de promedio, según el último panel de Funcas), del Fondo Monetario Internacional (2,5%) o de la Comisión Europea (2,3%), que también han revisado al alza su estimación sobre la economía española. “Son estimaciones prudentes”, defendió el ministro de Economía.

Guindos insistió en los argumentos esgrimidos en las últimas semanas para apuntalar su pronóstico. Y en algunos datos: en el primer trimestre de 2015, según ha revelado también este jueves el INE, el PIB creció un 0,9%, el mayor avance trimestral de 2007, lo que supone ya un 2,6% en la comparación con los meses iniciales de 2014.

Todo apunta a que los factores extraordinarios que ayudan a este intenso avance seguirán encima de la mesa hasta el verano: el petróleo mucho más barato que en 2014 y las mejores condiciones financieras tras la intervención del BCE (con un notable ahorro para los hipotecados y cierta recuperación del crédito nuevo) impulsan el consumo privado y el empleo. La depreciación del euro, otro efecto colateral del plan del BCE, facilita que se sostengan las exportaciones y alimentan el turismo.

El pronóstico oficial es, además, la cuadratura del círculo: se crece y se crea empleo al tiempo que se mantiene el superávit externo (por encima del 1% del PIB hasta 2018). El consumo privado es el sostén (cerca del 3% anual), pero la inversión en bienes de equipos avanzaría mucho más (7%). La construcción volverá a aumentar a buen ritmo, más del 5% anual, pero también las exportaciones (cerca del 6%) y el gasto público seguiría contenido. Un cuadro macroeconómico que firmaría casi cualquier experto.

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