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EE UU evita un nuevo cierre de sus puertos del Pacífico

Un principio de acuerdo entre navieras y estibadores acaba con meses de problemas que amenazaban el comercio con Asia

Pablo Ximénez de Sandoval
Cargueros anclados frente a Long Beach, sin poder entrar a descargar, el viernes.
Cargueros anclados frente a Long Beach, sin poder entrar a descargar, el viernes.AP

Las navieras del Pacífico y los trabajadores de los puertos de la costa Oeste de EE UU anunciaron el viernes por la noche un principio de acuerdo para poner fin al conflicto laboral que mantienen durante meses y que se había agravado hasta amenazar el comercio con Asia. El acuerdo, del que el sábado aún se desconocían los detalles y que aún debe ser ratificado por los trabajadores, evita la dramática situación de un segundo fin de semana consecutivo con los 29 puertos del Pacífico cerrados.

El conflicto laboral se venía agravando desde el pasado octubre, con retrasos en las operaciones de los puertos que ambas partes negaban estar provocando deliberadamente. La situación, que ya estaba afectando a comercios y fábricas desde la costa hasta el medio Oeste, llegó a un punto de alarma en Washington cuando el pasado fin de semana las navieras decidieron un cierre patronal de cuatro días que dejó más de una treintena de barcos anclados frente a las costas sin poder descargar. Las navieras se negaron a descargar en fin de semana por los altos costes y durante la semana solo lo han hecho por el día. La situación amenazaba con repetirse y secuestrar una parte de la economía de EE UU.

La Casa Blanca dijo en un comunicado que el acuerdo era un "gran alivio" para la economía, y urgió a las partes a recuperar cuanto antes la actividad normal en los muelles mientras finalizan los detalles del acuerdo. La prioridad es descongestionar el tráfico cuanto antes, pues está dañando tanto a fábricas y comercios como a grandes exportadores, especialmente el sector primario de California, la primera potencia agrícola de EE UU. Frente a las costas de California se han llegado a  anclar más de 30 cargueros.

Estos puertos manejan el 70% de las importaciones de Asia y la mitad de todo el comercio marítimo de EE UU. Se calcula que el 12,5% de la economía del país está ligada a la actividad de estos puertos. Las ciudades vecinas de Los Ángeles y Long Beach tienen en conjunto el puerto más grande de Estados Unidos. Las asociaciones nacionales manufactureras y minoristas calculan que un cierre prolongado de estos puertos cuesta a la economía de EE UU unos 2.000 millones de dólares al día.

Tras el cierre de los puertos, la Casa Blanca se implicó de lleno en la negociación laboral y envió a sus secretarios de Trabajo y Comercio a mediar entre las partes. Los gobernadores del Oeste de EE UU emitieron un comunicado conjunto llamando al acuerdo advirtiendo de que había miles de empleos en juego. La última vez que un conflicto entre las navieras duró tanto tiempo fue en 2002. Después de 10 días de cierre en los puertos del Oeste, el presidente George W. Bush tuvo que acudir al juzgado y obligar a reanudar la actividad con una ley de 1947 que permite desactivar huelgas por razones de emergencia nacional. Cuando terminó, el daño a la economía del país había sido de 15.600 millones de dólares, según las navieras. El principio de acuerdo anunciado el viernes por la noche debería evitar in extremis una situación parecida.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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