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La economía crece un 0,7% al cierre de 2014, el mayor avance en siete años

La demanda interna alimenta el repunte. El crecimiento anual respecto a 2013 llega al 1,4%

Alejandro Bolaños

2014 fue el primer año, desde que estalló la crisis, en el que la actividad económica creció de forma significativa. Eso ya estaba claro con los datos de los nueve primeros meses. El avance de la contabilidad nacional, difundido este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), revela además que en el último tramo de 2014 ese crecimiento se aceleró, de modo que el producto interior bruto (PIB) habría aumentado -la confirmación oficial, en cuatro semanas- un 0,7% en tasa trimestral, el mayor incremento desde finales de 2007, antes de que la Gran Recesión diera la cara. No hay aún información detallada de cómo se produjo este crecimiento, pero otros indicadores estadísticos parciales (comercio, venta de vehículos, facturación de grandes empresas) y los primeros análisis apuntan de manera inequívoca a la fortaleza de la demanda privada.

En la comparación anual, el PIB creció en el cuarto trimestre a un ritmo del 2%, lo que, de confirmarse, colocaría el avance promedio del año en el 1,4%, una décima por encima de lo estimado oficialmente por el Gobierno, aunque el presidente del Ejecutivo, Mariano Rajoy ya dio por hecho que el dato final sería este. La economía española encadena año y medio con tasas trimestrales positivas, y deja atrás así la recesión en la que estuvo inmersa de forma casi ininterrumpida -solo se apuntó un casi imperceptible crecimiento, del 0,01% anual, en 2010- entre mediados de 2008 y mediados de 2013, la etapa crítica de la peor crisis en medio siglo, en la que se perdieron más de tres millones de empleos.

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El repunte al final del año facilita que la previsión formulada  por el Gobierno, los organismos internacionales y la mayoría de los analistas privados para 2015, que contempla un avance anual cercano al 2%, pueda ser revisada al alza. "No es descabellado que veamos al cierre de 2015 crecimientos cercanos al 3%", vaticinó hace unos días el ministro de Economía, Luis de Guindos. En el Foro Económico de Davos, el presidente del BBVA, Francisco González, indicó que el servicio de estudios del banco consideraba ahora un crecimiento del 2,5% para el conjunto del año.

Impulso de la demanda interna

El Banco de España sostenía en el boletín económico de diciembre que la aceleración en la tasa interanual del PIB en el cuarto trimestre de 2014 fue resultado de la "fortaleza" de la demanda interna privada, mientras que la demanda exterior neta mantuvo una contribución al PIB "ligeramente negativa". Los expertos del banco central anticipaban un avance trimestral del 0,6%, que según el dato adelantado del INE, ha acabado siendo rebasada  para acabar en el 0,7%. 

El servicio de estudios del BBVA sí apostaba por un avance trimestral del 0,7%. La diferencia es que los expertos del banco que preside Francisco González creen que el saldo entre exportaciones e importaciones sí contribuyó al crecimiento, aunque fuera ligeramente (0,1 puntos porcentuales), en lo que sería la primera señal de que la depreciación del euro impulsa algo la venta de mercancías fuera de Europa.

En todo caso, como señalan los expertos del BBVA, "la actividad habría encontrado su soporte en la demanda doméstica".  Aquí juega claramente a favor la notable caída del precio del petróleo, "que supondrá un sesgo positivo sobre el crecimiento esperados". La mejora de la renta familiar por el menor coste de los carburantes, y en general, por la bajada de los precios del consumo se ha traducido en un repunte de las compras en el comercio al final del año. 

El aumento de la demanda se apoya en la mejora del empleo y, sobre todo, de las expectativas, con las encuestas de confianza reflejando los mejores valores desde 2008. La rebaja fiscal también debería apuntalar esta tendencia. Pero el consumo va por delante del incremento de las rentas familiares, atenazadas aún por la caída de los salarios y la merma de las prestaciones sociales. Es una sombra que gravita sobre el repunte de la demanda interna, igual que la debilidad de la zona euro amenaza la evolución del sector exterior.

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