La empresa del casino Caesars Palace de Las Vegas suspende pagos
La filial de Caesars Entertainment acumula una deuda de 18.400 millones de dólares
El paso era inevitable. Caesars Entertainment decidió al final que la mejor manera para reestructurar su negocio de casinos es poniéndolo en suspensión de pagos y poder reducir así en más de la mitad la deuda en esa filial, que asciende a 18.400 millones de dólares. Es el último episodio en una saga dominada por las acusaciones de fraude contra los administradores del grupo de entretenimiento y hospitalidad.
Ahora es un juez en Chicago el que decidirá la suerte de la compañía. Con esta maniobra se está partiendo esencialmente el grupo en dos: el “Caesars malo”, que integra los activos sujetos a la reestructuración, y el “Caesars bueno”, con las inversiones en activos inmobiliarios. Es una distinción que recuerda a la que se hizo Citigroup para apartar la deuda tóxica.
El ajuste del grupo propietario del icónico Caesars Palace en Las Vegas tiene lugar con varias demandas circulando contra la matriz, por dejar que los fondos TPG y Apollo la inundaran de deuda. La filial sujeta ahora a la suspensión de pagos opera medio centenar de casinos en todo el mundo bajo las marcas Caesars, Harrahs y Horeshoe, que seguirán abiertos durante el proceso.
El grupo de entretenimiento fue fundando en 1937 en Reno (Nevada), como Harrahs. El cambio de nombre se produjo hace cuatro años. En los primeros nueve meses de 2014 registró ingresos por valor de 6.385 millones de dólares, pero disparó las pérdidas a 1.760 millones. Solo el negocio de casinos da empleo a unas 30.000 personas, a los que prometen seguirán pagando.
Los dos fondos de inversión entraron en el mayor operador de casinos de EE UU hace ahora seis años, cuando el negocio en Las Vegas empezaba a sufrir las consecuencias del colapso económico en Nevada. Caesars Entertainment intentó hacer fortuna en Macau (China), como Las Vegas Sands, MGM y Wynn. Pero en agosto de 2013 puso a la venta la propiedad en ese enclave.
No solo llegó tarde al boom de los casinos en Asia, además fue incapaz de modernizarse en EE UU. El plan que está ahora en manos del juez busca reducir la deuda en unos 10.000 millones. Más de la mitad de ese pasivo es fruto de la compra de Harrah´s Entertainment por parte de TPG y Apollo, tras pagar 17.100 millones. Por el momento no se habla del cierre de casinos.
Gary Loveman, su presidente ejecutivo, insiste que el objetivo es “modernizar” los activos de la compañía, en particular en Las Vegas. El plan de reestructuración contaba antes de la suspensión de pagos con el apoyo del 80% de los bonistas. Pero entre los opositores hay un grupo de grandes acreedores que tratan de impedir que la ejecutiva siga abusando de los inversores.
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