Los precios dan un respiro pero los sueldos siguen su letargo
El año electoral de 2015 trae bajadas de impuestos y congelación de tarifas
El Gobierno proclama que 2015 será el año de la recuperación. Pero apenas se notará en el poder adquisitivo de la mayoría de los ciudadanos. Los salarios, tanto en el sector público como privado, tras sufrir fuertes recortes durante la crisis, permanecerán prácticamente congelados salvo leves subidas en las grandes empresas. Las pensiones tendrán un incremento simbólico del 0,25%. El consuelo para el consumidor en el nuevo año que entra es que, a diferencia de 2014, los precios de los servicios básicos y los impuestos interrumpirán su escalada y, en algunos casos, hasta bajarán.
Mirando de reojo al dólar
En el año que empieza habrá que mirar muy atentamente a los mercados de divisas porque puede suponer un punto de inflexión en la hasta ahora intocable fortaleza del euro. La moneda común europea se ha depreciado y ha cerrado 2014 en mínimos de hace tres años (1,22 euros por dólar) cuando la UE estaba en plena crisis de deuda.
El nuevo terremoto que se avecina en Grecia, al borde de las suspensión de pagos y con la amenza de salirse de la moneda única, puede acentuar ese declive del euro con importantes efectos sobre las economías domésticas.
Viajar fuera de la UE, en particular a los Estados Unidos, será más caro. Y llenar el depósito del automóvil puede volver a encarecerse porque la revalorización del dólar se coma en parte el descenso del precio del petróleo. Es decir, los que salgan fuera a hacer turismo tendrán vuelos más baratos pero estancias más caras
El mismo efecto se puede reproducir en las principales materias primas, cuya cotización internacional lleva varios meses a la baja.
Y es que 2015 es un año electoral (comicios municipales, autonómicos y generales), y las entidades locales y regionales han aprovechado para anunciar congelación de tributos de tanto peso como el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o las tarifas del transporte público, tras dos años de subidas desbocadas.
El Ejecutivo de Mariano Rajoy también se ha querido apuntar a la fiesta con una reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que va a aminorar las retenciones de la mayor parte de los asalariados. Hacienda calcula que en el bolsillo de un empleado esa rebaja supondrá 30 euros más de media en la nómina a final de me. En conjunto, el ahorro medio en IRPF para 2015 y 2016 de esa reforma será del 12,5%, aunque el impacto será mucho menor en los tramos altos de renta.
También comenzará a aplicarse en 2015 la rebaja de dos puntos en el Impuesto sobre Sociedades —del 30% al 28%—, que puede llegar a ser del 20% en el caso de las pymes, lo que redundará indirectamente en beneficio del consumidor si las empresas trasladan esa reducción a sus precios.
Para los ahorradores, seguirá la atonía. Aparcar el dinero sobrante en un depósito a plazo fijo tendrá rentabilidades mínimas, por debajo del 1%. Y la deuda pública aún ofrece menos: las letras del Tesoro a un año rondan el 0,3% de interés. Los inversores más arriesgados deberán acudir a la Bolsa o los fondos de inversión mixtos o de renta variable. En el ejercicio que acaba, la rentabilidad del Ibex ha sido muy superior a la inflación y a la de la renta fija. Pero en 2015 se esperan turbulencias porque la crisis de la deuda en la zona euro, con Grecia como agujero negro, está lejos de haber sido resuelta.
Gas, electricidad, telefonía y transporte no subirán en 2015
La vivienda también ofrecerá un respiro. Para los que la estén pagando, su hipoteca seguirá abaratándose. Este ejercicio se cierra con el Euribor a doce meses, principal indicador para calcular las hipotecas, en mínimos históricos (0,328%) y para 2015 los expertos esperan nuevas rebajas hasta incluso alcanzar el 0,15%. Para los que quieran comprar un piso, la situación seguirá siendo favorable, porque continuarán bajando los precios de los pisos, aunque en menor medida que en años anteriores.
Igualmente, los servicios básicos se unen a esa senda bajista. El recibo de la luz, cuya factura cayó un 4,9% en 2014, seguirá reduciéndose; el gas natural recibe 2015 con un descenso del 3,3% y la bombona de butano no se revisará hasta abril; los carburantes deberán seguir reflejando la caída en picado del precio del crudo y la telefonía seguirá bajando gracias a los paquetes convergentes. El tren billete del transporte público también se congela en las grandes ciudades como Madrid y Barcelona.
Pese a esas rebajas, el poder adquisitivo de la mayor parte de los ciudadanos no notará una mejora significativa. Economía pronostica una subida media del IPC para el conjunto del 2015 del 0,6%. Y no se auguran grandes subidas salariales después de un lustro de duros ajustes. Patronal y sindicatos negocian aún el Acuerdo de Negociación Colectiva, del que saldrá la recomendación de incremento salarial para 2015. Los empresarios quieren que se mantenga el 0,6% de aumento que se fijó en 2014 y los representantes de los trabajadores quieren acabar con los sacrificios y que las rentas salariales ganen poder de compra. Unos aumentos que se notarán más en las grandes empresas que están saliendo de la crisis, según han admitido sus directivos.
La retribución de funcionarios y pensionistas apenas varía
Los cerca de tres millones de funcionarios ya saben que sus retribuciones se congelarán por quinto año consecutivo, aunque aliviados por el cobro del 25% de la paga extra que no les abonaron en 2012. No lo tendrán mucho mejor los diez millones de pensionistas, de quienes, debido a la crisis, dependen cada vez más las unidades familiares. Su retribución sube un exiguo 0,25% que en el caso de la pensión mínima con cónyuge a cargo supone dos euros más al mes.
Los parados tampoco incrementan sus prestaciones, que toman como referencia el indicador público de renta de efectos múltiples (IPREM), que en 2015 volverá a estar congelado por quinto año consecutivo (532,51 euros mensuales).
En suma, los precios y los impuestos darán un respiro al consumidor en 2015. Pero los salarios siguen en su prolongado letargo.
Los trabajadores pagarán un 12,5% menos por IRPF
Los cerca de 19 millones de contribuyentes del IRPF pagarán menos impuestos en 2015. La reforma fiscal aprobada recientemente por el Gobierno contiene la primera bajada de tributos desde 2007. Los trabajadores pagarán de media un 12,5% menos por el impuesto sobre la renta. El Ejecutivo redujo todos los gravámenes y tramos del impuesto, lo que beneficiará sobre todo a las rentas más bajas y a las más altas. Los que ganen menos de 12.000 euros dejarán de pagar impuestos.
Un trabajador con una renta de 35.000 euros se ahorrará 236 euros en el pago del IRPF durante el próximo año, según cálculos realizados por el Ministerio de Hacienda. La reforma fiscal reduce los mínimos personales y familiares. E introduce beneficios fiscales para las familias numerosas y las que tengan ascendientes o descendientes que sean dependientes. Para estos y para las madres trabajadoras con hijos menores de tres años establece un impuesto negativo: una deducción de 100 euros mensuales que se disfrutarán con independencia de que la renta le permita deducírselo. Por ejemplo, una familia con tres hijos, en la que el marido que gana 40.000 euros presenta declaración individual se ahorrará 1.429 euros al año (casi 120 euros al mes). En el caso de que el contribuyente, que gana 35.000 euros, tenga dos hijos, uno de ellos discapacitado, y un ascendiente dependiente a su cargo, el ahorro ascenderá a 323 euros al mes (3.880 euros anuales).
Los autónomos también disfrutarán de rebajas fiscales. Las retenciones disminuirán del 21% actual al 19% el próximo año, lo que dejará más dinero en el bolsillo de los emprendedores. De esta forma, un autónomo sin hijos que presenta un rendimiento por actividades económicas de unos 40.000 euros se ahorrará unos 47 euros al mes (559 euros al año), según estimaciones elaborados por Hacienda.
Las empresas también pagarán menos al fisco en 2015. El impuesto sobre sociedades bajará del 30% actual al 28%.
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