Un aeropuerto para aparcar avionetas
IU y PSOE impulsaron el ruinoso aeródromo de Córdoba, que usan 7.000 viajeros
La nueva y flamante pista del aeropuerto de Córdoba, durante años demandada por los principales partidos y Gobiernos municipales, se inauguró en agosto de 2013. A diferencia del ruido mediático que había recibido durante más de un lustro, la apertura del servicio se hizo sin fanfarria: ni comparecencias oficiales, ni ceremonias, ni cintas cortadas. Sin fotógrafos. Sin políticos. Solo una nota de prensa. Las ausencias presagiaban lo que para algunos había sido evidente durante años: lo inviable del proyecto y lo absurdo de su ejecución. Aquellos vaticinios se han visto ahora confirmados. Un informe del Tribunal de Cuentas de la Unión Europea pone a Córdoba como ejemplo del mal uso que se ha hecho en España de los fondos comunitarios. Más de 85 millones de euros —13 de la UE— destinados a la expansión de una pista que apenas usan 7.000 viajeros al año y que sirve para estacionamiento de aviones no comerciales.
En sus 2.050 metros de reluciente pavimento pueden aterrizar y despegar reactores del tamaño de un Airbus 320, habitual en las aerolíneas regulares. Pero eso apenas ha ocurrido. Porque el de Córdoba es uno de los mejores ejemplos de la fiebre aeroportuaria que varias provincias —como Ciudad Real o Castellón— sufrieron en la pasada década. A pesar de ser una de las ciudades mejor comunicadas de España, nudo ferroviario y de autovías entre Andalucía y el resto del país; y de encontrarse a solo una hora en tren de los aeropuertos de Málaga y Sevilla, los Gobiernos locales de la alcaldesa Rosa Aguilar —entonces en IU pero ya con el apoyo del PSOE— se empeñaron en reclamar un aeropuerto propio.
Los debates en la ciudad se dividían entre una minoría —básicamente grupos ecologistas— que alertaban de su falta de sentido; quienes optaban por ampliar la pista del aeródromo construido en los años cincuenta por el Ayuntamiento —IU y PSOE—; o los que, como el PP, entonces en la oposición, directamente abogaban por construir un nuevo aeropuerto en otro sitio. En marzo de 2008 Ecologistas en Acción ya alertaba de que la nueva pista “nunca” podría ser rentable y de que los millones que se invertirían tendrían “una amortización muy poco justificable”. Por aquel entonces, Aena estimaba que la pista a pleno rendimiento acogería unos 300.000 pasajeros al año. Menos de mil al día. En realidad, sin vuelos regulares ni aerolíneas, el aeropuerto apenas lo usan 7.000 personas al año, tras un descenso en viajeros del 69% desde 2007, cuando todavía funcionaba la vieja pista de 1.300 metros. El infrautilizado aeropuerto de Córdoba apenas acoge vuelos y, según el informe del Tribunal de Cuentas, es más utilizado “como espacio de estacionamiento para aviones no comerciales”.
Los datos del aeropuerto
- Se encuentra a seis kilómetros de la ciudad y fue inaugurado en 1958. No existen líneas regulares.
- La ampliación de la pista ha costado 31 millones de euros y buscaba dar una salida turística con compañías de bajo coste.
- La pista permite el uso a reactores como el Airbus 320. Estas aeronaves tienen capacidad para 140 pasajeros.
- Se encuentra dentro de una zona de riesgo de inundación cada 500 años. La última vez que se vio afectado por una crecida del Guadalquivir fue en 2010.
- La pista puede ser usada para cubrir rutas de entre 1.845 kilómetros y 3.700.
Pero el aeropuerto sigue dando combustible para el debate político. Los portavoces de los partidos que defendieron su construcción siguen blandiendo los mismos argumentos a favor. El portavoz del grupo municipal de IU, Francisco Tejada, no cuestiona el informe de Europa pero asegura que en las oficinas de su grupo hay un grueso estudio de viabilidad sobre la ampliación del aeropuerto redactado por Aena. Además, rechaza la propuesta de un aeropuerto privado “que proponía el PP y que era similar al de Ciudad Real” que ha acabado por “llevarse por delante” a entidades financieras como Caja Castilla-La Mancha o la propia Cajasur.
Para la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Inmaculada Durán, “lo que ha faltado” en estos tres años y medio “es que el alcalde de la ciudad se remangue”, junto con el Gobierno central, ambos del PP, “para poner en valor la inversión realizada y buscar alternativas para que, al menos, haya vuelos chárter”. “La responsabilidad es de quien actualmente está gobernando a nivel nacional y local. Tenemos una Mesa del Aeropuerto para poner en común esas alternativas, pero, a día de hoy, no se han soterrado las líneas de alta tensión”.
El alcalde, José Antonio Nieto, recuerda que el PP siempre defendió la creación de un aeropuerto privado y nunca la ampliación de la pista “sobre una zona inundable” por las crecidas del río Guadalquivir y que además está colmatada por viviendas. Nieto asegura que el plan del PP llegó al Ayuntamiento pero que “Rosa Aguilar se negó”. “Si este aeropuerto lo hubiese construido uno del PP se estaría hablando de un escándalo como en Castellón”, donde por otra parte, asegura el alcalde, “se va a empezar a operar ya”.
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