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Sacyr intenta pasar página

La constructora refinancia la deuda y se libra de activos inmobiliarios malos

Obras de Sacyr en el Canal de Panamá.
Obras de Sacyr en el Canal de Panamá. RODRIGO ARANGUA

Sacyr quiere dar carpetazo antes de que finalice 2014 a algunos flecos pendientes, como el traspaso de activos de su inmobiliaria Vallehermoso a la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (tras firmar el jueves el acuerdo por 409 millones de euros) o la refinanciación de la deuda contraída por su participación en Repsol, y completar en los primeros meses de 2015 la desinversión en Itínere y la recapitalización de Testa para cerrar su reestructuración y pasar página a una prolongada crisis que hace tres años estuvo a punto de llevarse por delante a la compañía.

Esa consolidación se nota en el descenso del 2,4% de la cifra de negocio en los nueve primeros meses del año, un total de 1.979 millones de euros. Mientras, la deuda financiera neta total terminó el tercer trimestre en 6.298 millones de euros, una cifra que, aunque casi un 11% mayor que la del cierre del primer semestre, es menor que la registrada al principio del año.

El grupo, que prepara un plan estratégico que dará a conocer en el primer trimestre de 2015, prosigue con su acelerada internacionalización (acaba de sumar una alianza en EE UU) e intensifica su apuesta por el corazón de sus negocios (construcción, concesiones y servicios) y por su nueva división industrial.

Así, en los nueve primeros meses, Sacyr incrementó en un 3,1% su beneficio neto atribuible (82,6 millones) y recortó en un 8% su deuda corporativa (293 millones) sobre igual periodo de 2013, con la ayuda de los dividendos recibidos por su participación en Repsol (131 millones). A ese crecimiento, sin duda, ha contribuido el negocio internacional y el fuerte crecimiento de su cartera de pedidos. El 46% de la facturación del grupo y el 44% de su cartera proviene de los mercados exteriores (y casi un tercio de Chile). A 30 de septiembre, la empresa contabilizaba como ingresos futuros 26.736 millones de euros.

La semana pasada, suscribió una alianza para operar otra vez en EE UU

Hay que tener en cuenta, como señalan los analistas de Renta 4, el impacto de la aplicación de nuevas NIIF (Normas Internacionales de Información Financiera), el importe de varias desinversiones y la reexpresión en términos de contabilidad de cuatro concesiones en Chile. Eso aventura que los resultados de la empresa podrían ser mejores que los reflejados por los resultados.

En los nueve primeros meses Sacyr se ha hecho, entre otros contratos y adjudicaciones, con obras ferroviarias en Guadalajara (México) por 95 millones; con varios proyectos en Angola que suman 325 millones; con la segunda fase de la autopista chilena Costanera Norte por 175 millones y con la construcción de una cementera en Bolivia por 180 millones. Otras obras en Perú y México suman 93 millones.

Pero es la cuestionada modernización del transporte ferroviario en São Paulo (Brasil) el que le ha aportado los contratos más jugosos. Al contrato por 490 millones de euros obtenido en los primeros nueve meses del año hay que sumar un acuerdo por igual valor obtenido este cuarto trimestre.

Otra obra adjudicada después de septiembre es la construcción de dos complejos deportivos en Argelia por 290 millones. Además, la semana pasada, suscribió una alianza con la norteamericana Manhattan Construction Group para volver a operar en el mercado de EE UU —estuvo tímidamente presente allí en 2005 y 2006— mediante el desarrollo conjunto de proyectos de construcción, infraestructuras, industriales y medioambientales.

Fuentes de Sacyr insisten en que ambas compañías son muy complementarias, que tienen listo un plan de acción conjunta con objetivos a corto, medio y largo plazo, y que los dos socios están evaluando ya, incluso, la posible presentación de ofertas a varios proyectos de autopistas, tranvías urbanos y metros ligeros, infraestructuras de gestión de aguas y de tratamiento de residuos para extracción de gas y generación de electricidad, que saldrán a concurso próximamente en diversos estados y ciudades del sur de Estados Unidos.

La compañía —que preside Manuel Manrique desde la destitución en octubre de 2011 de su antecesor Luis del Rivero— ha solventado además en los últimos meses un contencioso sobre costes y financiación que amenazaba sus cuentas y su prestigio internacional como líder del consorcio que ejecuta las obras de ampliación del Canal de Panamá.

En marzo y agosto, el consorcio —donde también están la italiana Impregilo, la belga Jan de Nul y la panameña CUP—firmó un acuerdo con la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) que facilitó la liquidez necesaria para afrontar la reanudación y conclusión de los trabajos. La construcción de un nuevo juego de esclusas para ampliar el citado canal por un importe de unos 2.300 millones de euros es una de las mayores obras de ingeniería civil de la historia. En septiembre, en Madrid, Manrique y el presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, pudieron anunciar que la nueva conexión entre Atlántico y Pacífico estaría operativa en 2016.

En todo caso, sigue pendiente de resolución la reclamación de unos 1.600 millones de dólares planteada por el consorcio constructor a la ACP. En Sacyr creen que la solución a esta reclamación por sobrecostes tardará años, ya que los fallos que se produzcan serán recurribles, pero se muestran tranquilos porque dicen tener dotada ya en sus cuentas la parte que les correspondería.

Un traspaso que alivia la presión

Sacyr formalizó el jueves la venta de suelo y viviendas de su promotora inmobiliaria Vallehermoso a la Sareb (el banco malo) por importe de 409 millones de euros. Tras esta operación, que se completará con nuevas ventas en unas semanas, la deuda de Vallehermoso se ha reducido este año, según fuentes de Sacyr, de 1.300 millones a unos 130, mediante acuerdos con entidades financieras. Esto se enmarcan en el proceso de liquidación ordenada que lleva a cabo Sacyr de su filial de suelo y promoción de viviendas.

Respecto a Repsol, Sacyr se siente “confortable” con su participación del 9,53% pero no descarta ninguna fórmula —incluida la venta de algunas acciones de la petrolera— para facilitar el acuerdo en las negociaciones que mantiene con la banca para la refinanciación de su pasivo asociado a esta inversión, que asciende a 2.276 millones (el 36% de su deuda total) y que vence a finales del próximo mes de enero.

Sacyr, que asegura que el acuerdo de refinanciación puede estar próximo, revela que en la negociación se están barajando “distintas opciones en función del mercado y sus oportunidades”. En este punto, insiste en su confianza en el potencial alcista de los títulos de Repsol, que la constructora tiene contabilizados a 19,977 euros por acción.

Analistas de ACF, que creen que la compañía ha resuelto ya sus principales problemas, indican que Sacyr podría obtener una ligera rebaja en el coste de su deuda asociada a Repsol, a costa de mantener las garantías actuales.

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