Ahorra organizando tu nevera
El orden correcto de los alimentos dentro del frigorífico permite consumir menos energía
¿Qué electrodoméstico está siempre en funcionamiento y visitas innumerables veces al día en épocas de aburrimiento? Fresquera, nevera o frigorífico, es la respuesta correcta. Se trata de un electrodoméstico hoy día básico en los hogares y sobre el que gira todo lo relativo a la alimentación. Es el medio para que la conservación de los alimentos sea buena y duradera en la medida de lo posible.
Además es el equipamiento que más electricidad consume según los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), ya que supone el 30,6% del consumo eléctrico. Por lo tanto es importante hacer todo lo posible para que este consumo no se vea aumentado y si es posible poder reducirlo ya que ello tendrá repercusiones positivas en el bolsillo. En este sentido, la colocación de los alimentos contribuye a un uso eficiente del frigorífico, y en consecuencia al ahorro.
La organización es clave
Ordenar los alimentos es la clave, y más teniendo en cuenta que el 99,6% de los hogares tiene un frigorífico. El modo de colocar los alimentos deberá basarse en el hecho de que la temperatura dentro de la nevera no es uniforme y en que no todos los alimentos necesitan el mismo nivel de refrigeración.
Tomando estas dos premisas como referencia, es importante saber que la temperatura de la nevera es más alta en los estantes superiores y que va descendiendo a medida que se desciende de estante. Tenemos todas las claves, ahora solo hace falta sabes en qué estante colocar qué alimento o producto para hacer que el frigorífico no trabaje en exceso. Habrá que tener en cuenta que ni todos los frigoríficos son iguales, ni todos tienen la misma potencia ni eficiencia. Así como también hay que saber que es recomendable dejar espacio entre los alimentos que se colocan así como con las paredes, para que el aire dentro de la nevera pueda circular con facilidad y enfríe mejor.
- Primeros estantes y puerta. En la primera balda del frigorífico irán los alimentos que menor refrigeración necesiten, como por ejemplo la comida envasada, las latas de bebidas o incluso el sobrante de comidas anteriores. En la puerta ocurre lo mismo, lo recomendable es que esté ocupada por bebidas, mantequilla y/o mermeladas, envases (tomate frito, ketchup…) y alimentos no perecederos.
- Estantes de zona media. Aquí irán aquellos alimentos tales como lácteos y derivados, huevos, embutidos y aquellos en los que se indique que una vez abiertos deben conservarse en un lugar frío. Son los alimentos perecederos.
- Zona baja. Es la zona más fría del frigorífico (en torno a los 2°C) y por lo tanto aquí deben ir los productos frescos que necesiten una menor temperatura para su conservación como por ejemplo las carnes y pescados.
- Cajones. Tras la última balda nos encontramos con los cajones o el cajón. Está pensado para introducir en él o ellos los vegetales y frutas. Además debes saber que según el frigorífico, estos cajones pueden tener una mayor o menor humedad que habrá que tener en cuenta para introducir o no algunos alimentos, por ejemplo con una humedad alta es mejor introducir los vegetales que se puedan estropear antes como espinacas, lechuga…
Sin olvidar el congelador
Se convierte en nuestro mejor amigo. En él introduciremos todo aquella comida que ya viene congelada de por sí, así como aquella que no se tenga en mente consumir próximamente. Además tras cocinar, los alimentos pueden ser congelados y así aguantar más tiempo.
Recuerda los puntos básicos para que el frigorífico no sea el que aumente la factura de la luz: que el congelador no acumule hielo, que los alimentos no toquen el fondo ni las paredes del frigorífico, que la nevera no esté excesivamente llena, limpiar la parte trasera exterior del frigorífico y dejar separación entre la pared y el frigorífico entre otros pequeños consejos.
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