El FMI duplica en seis meses la previsión de crecimiento de España para 2014
El Fondo insiste en la moderación salarial pero alerta sobre el incremento de la desigualdad
En el lapso de seis meses, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha pasado de estimar un crecimiento para España del 0,6% a situarlo en el 1,2% para 2014. La mejora que la economía ha experimentado desde el arranque del año, que ha superado las previsiones iniciales del Gobierno y de los principales servicios de estudios, ha llevado también al organismo con sede en Washington a añadir tres décimas de aumento de PIB respecto a su último pronóstico, de abril, y seis respecto al de enero.
La mejora queda recogida en el informe del llamado artículo IV para España, que es un reporte anual en el que el FMI analiza la situación de la economía de cada país y emite una batería de recomendaciones. El Fondo es más optimista respecto al crecimiento de este año y también para 2015, cuando espera que el PIB de un tirón del 1,6%, seis décimas más de lo que la institución esperaba en abril y el doble de lo que calculaba en enero, pero a partir de ahí la recuperación prevista se ralentiza de forma preocupante teniendo en cuenta que, tras dos recesiones en cinco años, la economía española aún necesitará unos cinco años para recuperar el nivel de riqueza previo a la crisis.
Tras el 1,6% revisto en 2015, las previsiones del FMI van añadiendo una décima de incremento de PIB cada año, hasta dejar el de 2019 en el 2%. Ese año, la tasa de paro se situaría en el 18,7%, según el Fondo, tres puntos por debajo de lo que esperaba en las previsiones de abril. Los ritmos de crecimiento previos a la crisis se apoyaron en buena parte en la acumulación de capital y empleo, pero estos factores no existen ahora y el crecimiento potencial "puede ser solo del 1% en el medio plazo", según el documento.
"La economía ha doblado la esquina, la recuperación van bien encauzada y las perspectivas son mejores que hace un año gracias a los esfuerzos de la sociedad y las medidas adoptadas. Pero quedan cosas por hacer, España sigue sufriendo el legado de la crisis. Hay que continuar los esfuerzo, para que la recuperación se sostenga el mayor tiempo posible y se fortalezca", resumió el responsable de la misión para España, James Daniel, al presentar el informe.
El Fondo se alinea con otros organismos como la OCDE al alertar cómo ha crecido la desigualdad en España, que sale especialmente mal parada en la comparativa de los países europeos, y el riesgo de exclusión social, que afecta cada vez a más gente incluso con trabajo. Aun así, es la marea de parados la principal fábrica de pobreza. Según los número del Fondo, los cuatro millones de personas que han perdido su empleo desde 2007 han sufrido una merma de ingresos medio de un 50%.
"Incluso las previsiones del Gobierno contemplan un desempleo del 19% en 2017", se lamenta el Fondo en el informe publicado hoy. Para combatir el paro, el organismo que dirige Christine Lagarde insiste en la necesidad de flexibilizar más el mercado laboral y persistir en la moderación de los salarios, pero no mediante rebajas nominales, sino mediante unos incrementos que a la postre supongan una disminución de costes reales a las empresas "hasta el que desempleo sea un poco más aceptable", señalan los técnicos del Fondo.
La recuperación va bien encauzada y las perspectivas son mejores que hace un año gracias a los esfuerzos de la sociedad" El responsable de la misión para España, James Daniel
Hay otras medidas que España debe poner en marcha para consolidar su recuperación, para el FMI, que no está del todo satisfecho con la reforma que el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó este año para facilitar las refinanciaciones de empresas viables. Las opciones, según el Artículo IV, son aún "demasiado limitadas", además de que los acreedores públicos (como Hacienda o la Seguridad Social) siguen al margen de las quitas y reestructuraciones, lo que resulta especialmente problemático para las pymes. También reclama una fórmula de "comienzo fresco" (o fresh start, en su denominación en inglés), para que las empresas o consumidores puedan comenzar de cero sin arrastrar deudas cuando ya han entregado sus activos embargados y quitas pactadas.
El examen del FMI aborda también unas de las principales lacras de la economía española: unos niveles de productividad muy pobres, que suelen mejorar gracias a la destrucción de empleo (se genera lo mismo con menos trabajadores) pero poco si se tiene en cuenta el total de los factores (capital tecnológico, valor añadido de la producción, etc). "Un incremento sustancial de la productividad debería ser una de las prioridades. Crear una agencia independiente sobre crecimiento y empleo podría ayudar a establecer las prioridades y lograr el apoyo público, además de controlar el progreso", apunta el documento.
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