Mejores tarjetas de crédito sin moverse de banco
Hay que saber hacer uso de este producto finaciero para evitar acabar sobreendeudados No se debería solicitar si no se llega a fin de mes ya que acabarán siendo un lastre financiero
Hay un grupo de tarjetas de crédito que podemos contratar sin tener que abrir cuenta alguna en la entidad. Estas tarjetas las emiten entidades de crédito, domiciliando los pagos y demás operaciones en nuestra cuenta habitual.
Con esta tarjeta tenemos la posibilidad de tener un crédito disponible adicional; si buscamos una que no tenga comisiones de mantenimiento, tendremos un disponible para usar en caso de imprevistos. Evidentemente, hay que saber usar las tarjetas para evitar acabar sobreendeudados, cosa relativamente sencilla si no sabes controlar el gasto mensual.
No las deberíamos solicitar si nuestro problema es no llegar a fin de mes de forma habitual, ya que, lejos de ayudarnos, acabarán siendo un lastre financiero más.
Analicemos la actual oferta de tarjetas de este tipo:
La tarjeta Citi Oro es una de las clásicas entre las clásicas; al igual que la mayoría de tarjetas interesantes de su categoría. No tiene comisión de mantenimiento, con lo que su tenencia es gratuita. El límite de crédito es de hasta 10.000 euros y su concesión, como todas, se basa en el perfil económico del solicitante. Si se es un usuario veterano y con un buen historial crediticio en la entidad, este límite puede incluso ser mayor. El coste de aplazar las compras actualmente es de un 27,24% TAE. Tengamos en cuenta que el crédito es caro, bastante más que solicitar un préstamo personal competitivo, con lo que no deberíamos financiar grandes compras ni amortizar a muchos meses vista.
La tarjeta Oro de Obsidiana, de Bankinter, ofrece un límite de crédito menos, si bien alto, de 5.000 euros, sin cuota de mantenimiento. Al igual que muchas de sus competidoras, nos da la opción de disponer del crédito en nuestra cuenta, a modo de crédito rápido; en este tipo de operaciones no hay que quedarse con el argumento comercial de que “no cuesta nada disponer del dinero en cuenta”, ya que si bien el abono no tiene coste, nos cobran los correspondientes intereses, del 26,82% TAE. El coste de financiar compras aplazadas se reduce al 21,84% TAE.
La Barclaycard Oro es otra tarjeta que es útil tanto para compras aplazadas y útil para los que viajan frecuentemente y pagan con ella, por los seguros que proporciona. Para los que gasten más de 2.500 euros anuales con esta tarjeta es una buena opción, pero para el resto los 60 euros de comisión de mantenimiento anual la hace una opción cara. Nos cobran un 24,90% TAE por nuestras compras con pago aplazado.
La Tarjeta Gold de American Express está especialmente diseñada para los que viajan, ya que por un lado tienes una serie de servicios premium gratuitos en aeropuertos y estaciones, acumulas puntos canjeables por vuelos y tiene una serie de seguros gratuitos por uso fraudulento que unido a su reposición en 24/48 horas la convierte en un producto de gran valor añadido para los más viajeros. No es una tarjeta de crédito al uso, ya que solo aplazamos los pagos un mes, de todo lo que hayamos ido comprando en ese plazo (sin pagar intereses por ello). Solo nos cargarían intereses si no pagáramos puntualmente las compras realizadas en el mes. La primera cuota anual es gratuita y el resto de los años cuesta 130 euros, si bien es posible pagar la cuota con puntos Membership Rewards. Solo al alcance de clientes con ingresos anuales a partir de 30.000 euros.
Diferentes tarjetas para distintas necesidades y clientes, con una utilidad a modo de crédito de urgencia clara, si bien hay que saber usarlas adecuadamente para no hacerlo más de lo estrictamente necesario.
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