Adolfo Domínguez sufre su cuarto año de pérdidas y reduce ventas a nivel de 2003

La arruga parece recuperar algo de su belleza. Tras haberse estirado casi hasta romperse, las cuentas de Adolfo Domínguez están experimentando una leve mejora, aunque no suficiente para salir de un apuro que lleva ahogándo a la firma desde hace más de cuatro años. La operación de saneamiento puesta en marcha por la firma gallega está logrando remendar algún descosido, como reflejan los datos publicados este miércoles por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pero los rotos dejados por la crisis siguen estando a la vista.

La empresa textil lleva cuatro años seguidos de pérdidas, aunque durante su último ejercicio fiscal ha logrado reducirlas hasta en un 57%, con unos números rojos de 10 millones de euros frente a los más de 24 millones que se dejó en 2012. Otra nota positiva es el resultado bruto de explotación (EBIT), que se reduce cerca de un tercio al pasar de 32 millones a algo más de 11 millones.

Pero los efectos dañinos de la crisis han golpeado tan fuerte al figurín gallego que necesita más arreglos. El remiendo representado por el cierre de 49 puntos de venta en España —de los 695 que la compañía tiene en el mundo, 304 en España—, los que no están considerados estratégicos y que proporcionan menos beneficios, no ha sido suficiente para volver a confeccionar números positivos: las ventas han vuelto a bajar en un 10,7% durante el último ejercicio, y siguen representando el lastre de la compañía. La firma, de hecho, acumula 10 años seguidos de caídas en las ventas, que han vuelto a situarse en los mismos niveles de 2003 y que han experimentado una caída de casi un 30% respecto a los resultados de 2006.

El diseño y la relación entre la calidad y el precio de los productos del modisto gallego ya no son capaces por si solas de mantener el negocio. Pero el afán por seguir flotando, a golpes de recortes en personal, cierres, ampliación del negocio extranjero y e-commerce parecen dar los primeros tímidos frutos.