Los ganaderos denuncian la venta de pollo a pérdidas

Los ganaderos productores de pollos han denunciado a los grupos de distribución Leclerc, Dia y Vegalsa la venta al consumidor de este tipo de carne a un precio de 2,15 euros por kilo, cuando los costes de producción mínimos se sitúan en 2,73 euros, lo que implica una brecha de casi 60 céntimos, según los datos manejados por la propia Administración. Para los ganaderos, esta política de las cadenas hace inviable la actividad de miles de explotaciones. Tras las primeras denuncias por las ventas a pérdida, el grupo Dia subió el precio a 2,35 euros por kilo.

La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) considera que se trata de una campaña agresiva de estos tres grupos, pero a la que se teme se puedan sumar otras empresas con el fin de mantener una posición de competitividad. Para la organización agraria, estas actuaciones se podrían calificar como de ventas a pérdidas, algo prohibido por la actual normativa sobre comercio minorista.

En esta línea, la organización denunciará esta situación a la recientemente constituida agencia de la cadena alimentaria y plantea movilizaciones ante los establecimientos que aplican estos precios por debajo de costes.

El pollo es hoy en día un producto que se ve como un símbolo de comida barata, frente a otros como la ternera o el pescado. La elección de la carne de pollo como un producto barato que sirve de reclamo es una política que se mantiene durante este periodo de crisis por parte de diferentes grupos de distribución para atraer la demanda. De hecho, en 2013 ya se produjeron denuncias por el mismo motivo contra establecimientos que ofertaban la carne de pollo a 1,99 euros y que, con motivo de esas denuncias, lo incrementaron hasta 2,15 euros el kilo.

Desde el sector se lamenta que, frente a todas las denuncias, no se haya producido una actuación de los organismos oficiales de control y que se trate de una estrategia que se repite permanentemente.

El sector de la avicultura de carne supone una producción de 1,1 millones de toneladas con el sacrificio anual de unos 600 millones de pollos en unas 5.000 granjas. Las cosas no han ido bien en los últimos años: desde 2005 han cerrado el 20% de las explotaciones.