La tarjeta de crédito sale de la crisis
Las compras con dinero de plástico vuelven a crecer en 2013 y baten su récord histórico El número de cajeros vuelve a niveles de 2003
Visa, American Express o Mastercard, las tarjetas vuelven a echar humo. Las compras pagadas con dinero de plástico volvieron a crecer el año pasado, tras un 2012 de retroceso, y alcanzaron un importe global de 98.534 millones de euros, lo que supone un leve incremento, del 1,18% respecto al ejercicio anterior, pero sirvió para batir el récord en montante económico. Los datos, publicados por el Banco de España, reflejan un punto de inflexión en verano: los gastos bajaron en los dos primeros trimestres, un 3,12% y un 0,37%, respectivamente, para volver a la zona positiva en el tercero (1,65%) y dar un acelerón considerable en el cuarto (6,26%), influido por el efecto IVA en 2012, que fue muy malo para las ventas.
Es el mismo trimestre en el que la demanda de crédito de los particulares para consumo registró su primer incremento desde el comienzo de la crisis y el mismo en el que la demanda de los hogares mejoró un 0,5% con respecto al trimestre anterior, aunque los datos comerciales de diciembre fueron negativos.
Las retiradas de efectivo acaban su tercer año a de descensos
Sin embargo, la reactivación del dinero de plástico (en débito y crédito) es muy superior a la mejora real del consumo porque en el crecimiento de la práctica de pagar con tarjeta intervienen aún factores como la penetración de su uso en algunos sectores de la población (al fin y al cabo se trata de un fenómeno relativamente reciente España, de algo más de medio siglo) y la mayor disponibilidad para pagar algunos productos y servicios (la mayor parte de máquinas expendedoras de billetes de metro, por ejemplo, lo permiten y cada vez más taxis disponen de terminales de cobro).
Eso explica que, pese a lo duro de estos cinco años de crisis, en los que el comercio cerró cada ejercicio con caída de ventas, el volumen de compras con tarjeta de débito o crédito solo bajara en 2009 y en 2012.
Las tarjetas en circulación suben por primera vez desde 2008
Además, en 2013 también influye el hecho de que el Gobierno haya prohibido realizar en efectivo pagos de a partir de de 2.500 euros, una medida que entró en vigor en noviembre de 2012 para combatir el fraude. Según sostienen los expertos fiscales, mientras la economía sumergida (que prima los pagos en metálico frente al uso de tajeta) creció durante la primera fase de la crisis, ahora se ha moderado.
Los españoles, en cualquier caso, han llevado menos dinero en los bolsillos, como también muestran los datos. El importe total retirado de los cajeros automáticos cerró 2013 en retroceso, al sumar 109.233 millones , un 1,22% menos que en 2012, lo que supone el nivel más bajo desde 2006, cuando se sacaron 107.976 millones. La cada vez menor disponibilidad de cajeros automáticos desde que estalló la crisis bancaria también supone un inconveniente. El año pasado se eliminaron más de 4.000 cajeros, un 7,18%, una tónica que se mantiene desde 2009, cuando comenzaron las quiebras de cajas de ahorros y las fusiones entre entidades, lo que llevó al cierre de miles de oficinas y por tanto también de muchos cajeros. Este 2013, quinto año seguido de cierres, acabó con un parque de 52.221 cajeros, lo que supone retroceder al año 2003, cuando había cerca de 52.000.
Los terminales de punto de venta también se redujeron el año pasado, un 12%, hasta dejarlo en 1,322 millones, en un ejercicio en el sector siguió a la baja.
Lo que se ha recuperado, sin embargo, es el número de tarjetas en circulación, que llevaba reduciéndose desde 2009 debido en parte a los planes de ajuste de las economías domésticas y como consecuencia de las fusiones entre las entidades bancarias. El año pasado acabó con 69,75 millones de plásticos, como se dice coloquialmente en el sector bancario, un 1,38% más, si bien queda lejos del récord alcanzado en 2008, cuando los españoles disponían de 76,40 millones de tarjetas. La reactivación del año pasado se debe a las de crédito, que crecieron un 4,68%, hasta alcanzar los 43,26 millones, mientras las de débito bajaron un 3,58%.
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