China se pone firme con el yuan
El desplome de la divisa coincide con una desaceleración del PIB
El banco central de China ha vivido una semana de récords. Hacía más de 20 años que la divisa china —yuan o renminbi— no registraba una pérdida intradía tan grande (0,86% en su cotización del viernes). El movimiento supone un giro radical en la apreciación imparable que ha registrado la moneda china desde que se aprobara la reforma del tipo de cambio, en 2005, y ha supuesto un recordatorio a los inversores de que el mercado cambiario tiene doble dirección, de subida y de bajada, algo que parecían haber olvidado en el caso del yuan.
Sólo en la última semana, la divisa china ha perdido el 1,2% de su valor, hasta cruzarse a 6,1645 unidades por dólar. Esa cota representa una depreciación del 1,7% desde el máximo histórico alcanzado el pasado 14 de enero, y contrasta con la apreciación del 3% que registró la divisa en 2013 y el 35% de subida que acumula desde 2005. La caída en la cotización de la última semana es un movimiento tan drástico e inusual que ha caído como una roca en las tranquilas aguas de la política cambiaria china.
Las autoridades sostienen que se trata de un proceso “normal”, que no tiene planes de cambiar la política monetaria y que, por supuesto, la liquidez está garantizada. Pero el Banco Popular de China, el banco central, insiste en que la norma, a partir de ahora, será un movimiento en “doble dirección” [hacia arriba y hacia abajo] del tipo de cambio, según las palabras de la Administración Estatal del Tipo de Cambio, “según se aproxima el yuan a su nivel de equilibrio”. Un nivel que la mayoría de los analistas ven aún lejano, ya que insisten en que los fundamentales respaldan una mayor apreciación de la divisa, en contra del mensaje que desliza el banco central en su comunicado. “Los fundamentos van en contra de una divisa más débil: la balanza por cuenta corriente de China mantendrá previsiblemente un superávit sustancial, mientras que las entradas de capital de los no residentes seguirán aumentando”, asegura el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) en su nota semanal a los asociados.
El banco central cree que el tipo de cambio se acerca al equilibrio
Lo cierto es que las turbulencias cambiarias coinciden con un momento de dudas generales sobre el crecimiento del PIB en China, el temor a que surjan problemas en su sector financiero y tienen lugar en medio de turbulencias financieras generalizadas en las economías emergentes. También el gobierno de Japón se ha embarcado en una política monetaria ultraexpansiva que ha abaratado el yen para impulsar las exportaciones sus empresas, lo que entra en competencia directa con sus vecinos chinos.
“Hay una especulación creciente de que las autoridades chinas se han embarcado en una nueva senda del tipo de cambio, haciéndose eco, quizás, de la reciente depreciación generalizada de otras divisas emergentes. El lenguaje empleado por el Ministerio de Finanzas y del banco central hasta el momento no indica que se hayan embarcado en una devaluación competitiva. Es más probable que se produzca una ampliación de la banda de fluctuación oficial del yuan desde el 1% actual, hacia arriba o hacia abajo, hasta el entorno del 2%”, apuntaba Stefan Hofer, analista del banco Julius Baer, en una nota desde Hong Kong. El consenso de los analistas consultado por Reuters espera que esa ampliación de la banda de fluctuación, como avance hacia la libre cotización de la moneda en un futuro, se produzca hacia mediados de año, en torno al mes de junio.
De lo que no cabe duda es que se trata de un movimiento controlado por la autoridad monetaria y no es el resultado de fuerzas negativas del mercado. “La depreciación del yuan refleja la intención del banco central chino y no refleja una salida de flujos de capital desde China”, advierten desde Barclays en Londres. Los datos más recientes disponibles recogen un aumento de las entradas de capital en China, debido sobre todo a un repunte en la financiación a los bancos de 167.500 millones de dólares hasta finales de 2013, lo que serviría para apreciar la divisa, no para debilitarla.
La caída coincide con turbulencias generalizadas en los emergentes
“Un endurecimiento de las condiciones de préstamo y un yuan más fuerte pueden haber animado a las empresas e inversores chinos a endeudarse en dólares”, apuntan los analistas de Bank of America Merrill Lynch. Lo cual puede dar pie a corrientes especulativas en torno al yuan y justificaría la decisión del banco central chino, como sugiere la propia entidad. Parte de esos a especulación se observa en el diferencial entre la cotización del yuan interior y el exterior, que alcanzó su nivel más alto desde 2010 antes de la intervención de la autoridad monetaria [ver gráfico].
Curiosamente, todos estos movimientos en torno a la divisa se producen en puertas de la reunión anual del Congreso Nacional del Pueblo, que comienza esta semana y que se prolongará durante los próximos quince días. “Hay cierto suspense este año en lo relativo a los objetivos macroeconómicos, que se fijaron de manera informal en la Conferencia de Desarrollo Económico celebrada en diciembre. Especialmente, si se mantiene sin cambios, como parece, el objetivo de crecimiento en el 7,5%, la meta de inflación en el 3,5% y el déficit presupuestario en torno al 2% del PIB”, sostienen en una nota los analistas de BBVA Research. Las autoridades darán seguramente nuevas pistas de su nueva mano dura con el yuan.
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