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La exigua subida de las pensiones frena el gasto de la Seguridad Social

La factura del sistema crece un 3,6% en enero, el menor incremento desde 1981 La pensión media se sitúa en 864,9 euros mensuales y las nuevas en 1.313

Manuel V. Gómez

Estos días más de ocho millones de pensionistas reciben una carta firmada por la ministra de Empleo, Fátima Báñez, para informarles sobre “la revalorización de su pensión para el ejercicio 2014”: el 0,25%. Esto se traduce en incrementos exiguos de apenas unos céntimos, unos 40, en las pensiones mínimas. Algo más para quienes tienen una mayor (no más de 6,37 euros, lo que corresponde a las máximas). Un escaso aumento para los jubilados y, por el contrario, un ligero consuelo para las maltrechas arcas de la Seguridad Social: la nómina mensual de todas las pensiones contributivas ascendió en enero a 7.918 millones, un 3,5% más que en 2013.

Para explicar este frenazo —el incremento es el menor de la serie estadística del Ministerio de Empleo que arranca en 1981— es clave el aumento del 0,25% para todas las prestaciones. En el incremento del gasto del instituto público se conjugan siempre tres variables: la revalorización anual, el creciente número de pensionistas y el incremento de la pensión media por la mayor cuantía de las pagas de los nuevos jubilados (1.313,39) respecto a las de los que fallecen.

Las últimas dos suelen mantener un comportamiento constante. Sus cambios se producen décima a décima por la inercia que acumulan. Por ejemplo, el número de pensiones en enero creció un 1,6%, lo mismo que en noviembre o diciembre. En el caso de la pensión media (864,92 euros), su mejoría, una vez restada la revalorización, se situaba a finales de 2013 en torno al 1,5%.

La reforma de pensiones de 2011 que incrementa la edad legal de jubilación y el número de años necesarios para calcular las prestaciones también juega un papel en la contención del gasto. Pero no sirve para explicar el frenazo del crecimiento del gasto del 4,8% del año pasado al 3,5% en este.

Estas 1,3 décimas se explican, casi en su totalidad, por el exiguo aumento del 0,25%. Refuerza esta explicación el hecho de que en 2013 la mejora de las pensiones fue del 2% para quienes cobraban menos de 1.000 euros al mes y del 1% para quienes percibían una pensión mayor, como se encarga de recordar Báñez en la carta que está enviando a los pensionistas: “Aprovecho estas líneas para recordarle que el año pasado, y pese a la difícil coyuntura económica, las pensiones subieron el 1% o el 2%”.

El frenazo al incremento en el gasto de la Seguridad Social abre la posibilidad de que este año se cumpla lo presupuestado en la partida de las pensiones contributivas, aunque solo sea por aproximación. Esta relación se rompió en 2012, cuando el Gobierno calculó un desembolso total unos 1.600 millones por debajo de lo gastado finalmente. El desfase se agrandó en 2013: fue de unos 2.200 millones, según la previsión de liquidación de la Seguridad Social.

Para cuadrar los números, o al menos intentarlo, el Gobierno ha aprovechado este ejercicio la baja inflación y la última reforma de pensiones, que aunque en lo referente a la revalorización no empezará a operar hasta 2015 también hubiera implicado un incremento del 0,25%. Los presupuestos calculan un aumento de la partida de pensiones contributivas del 5,4% (un porcentaje excesivo si se contempla una revalorización del 0,25%). El aumento de enero ha sido 1,9 puntos menor y, aunque el margen se estrechara, los cambios en este capítulo no son tan bruscos como para cerrarlo.

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Sobre la firma

Manuel V. Gómez
Es corresponsal en Bruselas. Ha desarrollado casi toda su carrera en la sección de Economía de EL PAÍS, donde se ha encargado entre 2008 y 2021 de seguir el mercado laboral español, el sistema de pensiones y el diálogo social. Licenciado en Historia por la Universitat de València, en 2006 cursó el master de periodismo UAM/EL PAÍS.

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