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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Con piloto automático

José Carlos Díez

El BCE ha entrado en fase de esperar y ver. Los indicadores que Draghi suele comentar para analizar la tensión financiera han mejorado. Las primas de riesgo han bajado con fuerza en el inicio de 2014, especialmente en Grecia y Portugal. Los CDS también. Las Bolsas suben y sus volatilidades bajan. El balance del BCE se ha reducido en 800.000 millones desde su intervención al límite de julio de 2012. Los desequilibrios en el sistema de apuntes contables (Target 2) continúan, pero también se han reducido. Y se ha parado la fuga de depósitos bancarios en varios países.

Es evidente que lo peor del huracán financiero de 2012, cuyo epicentro fue España tras la crisis de Bankia, ha pasado. Ahora queda reparar los cuantiosos daños. Y no debería bajarse la guardia, ya que las deudas públicas y la solvencia de bancos, empresas y familias europeas han quedado muy deterioradas tras la segunda recesión de 2012. Draghi mantiene un discurso más prudente que los Gobiernos y el ala dura del Consejo, liderada por Alemania, sigue obsesionada con la inflación. Pero el comunicado y su rueda de prensa fueron decepcionantes.

En EE UU han creado ocho millones de empleos desde los mínimos de 2009, han bajado la tasa de paro al 7%, ya han conseguido que crezca el crédito y el dinero en circulación crece un 5% anual. La nueva presidenta, Janet Yellen, espera que la economía crezca un 3% en 2014 y que la tasa de paro siga cayendo, pero advierte de la vulnerabilidad y del riesgo de recaída. En la eurozona el paro está al 12%, el crédito a empresas aceleró su caída a finales de 2013, el dinero en circulación crece un raquítico 1,5% y, a la mínima relajación, pasan a modo reactivo de esperar y ver.

El crecimiento del comercio mundial se ha reducido a la mitad de su promedio histórico de las últimas décadas desde 2011 y los europeos con el menor crecimiento y la mayor tasa de paro del planeta nos permitimos el lujo de tener un euro sobrevalorado. Las exportaciones europeas estuvieron prácticamente estancadas en 2013. Las exportaciones españolas de grandes empresas cayeron en noviembre un 2% anual. Y se desplomaron un 7% anual fuera de la Unión Europea perjudicadas por la intensa apreciación del euro contra países emergentes desde el pasado verano. La recuperación en España se asienta sobre el consumo, público y privado. ¿Va a esperar el BCE a que nos comamos el escaso superávit por cuenta corriente y volvamos a incumplir el objetivo de déficit público de 2013 y de 2014 para actuar? ¿O va a seguir los manuales de economía y se va a anticipar por una vez desde que comenzó la crisis en 2007 para intentar depreciar el tipo de cambio?

¿En qué se basa el BCE para decir que los riesgos de inflación están equilibrados?

El propio Draghi ha reconocido que sus pruebas de estrés a la banca provocarán mayor desapalancamiento. Eso significa que la caída del crédito a empresas continuará en 2014. Entonces, con la inflación por debajo del 1% y varios países en deflación ¿en qué se basan en el comunicado para decir que los riesgos de inflación están equilibrados?

Los inversores que hace un año se refugiaron en países emergentes de la crisis del euro, ahora repudian a esos emergentes y vuelven a Europa. No ha habido cambios en los fundamentales de países emergentes y en Europa las deudas públicas y el desempleo se han deteriorado significativamente. Por tanto, simplemente ha cambiado el sentimiento inversor. Si cambia el viento y la percepción de los inversores, de nuevo nadie en Europa asumirá ninguna responsabilidad y todos culparán al resto.

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