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Autoridad del Canal: “Piensan que todavía tenemos el plumero en la cabeza”

Jorge Quijano, máximo responsable de la ACP, asegura que las últimas propuestas del consorcio que encabeza Sacyr demuestran que no está dispuesto a negociar

Jorge Quijano, responsable de la Autoridad del Canal, en una rueda de prensa del 2 de enero
Jorge Quijano, responsable de la Autoridad del Canal, en una rueda de prensa del 2 de eneroEFE

El panameño Jorge Quijano, administrador de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), acusó a la española Sacyr y a la italiana Impregilo de creer que los panameños todavía son los antiguos indígenas o aborígenes con plumas maltratados hace más de 500 años por los europeos que conquistaron y colonizaron el Nuevo Mundo. “Lo digo hoy con todo el respeto para los aborígenes americanos”, dijo Quijano en una entrevista con EL PAÍS. En ella, Quijano asegura que las propuestas que ha presentado el Grupo Unidos por el Canal (GUPC), que amenazó con paralizar las obras si no se les pagan 1.600 millones de dólares por sobrecostos, “no están buscando negociar” para resolver el diferendo.

Quijano está organizando una estrategia para el 20 de enero próximo, día señalado por el Grupo para suspender las obras si no se cumplen con sus exigencias. La negociación se basa en el contrato que ACP y GUPC suscribieron en 2009, por 3.118 millones de dólares, para que el conglomerado construya un nuevo juego de esclusas, trecho principal de la ampliación valorada en 5.250 millones de dólares que comenzó en 2007. La vieja ruta, abierta en 1914, opera con normalidad.

La ACP propuso la mañana de este martes a la firma constructora levantar la amenaza de paralización a cambio de 183 millones de dólares como anticipo para que prosiga los trabajos y que los constructores aporten 100 millones de dólares. GUPC respondió por la tarde de ese día una propuesta para que la Autoridad le entregara un adelanto de 400 millones de dólares con el compromiso de aportar 100 millones de dólares y evitar la paralización de las obras. En otra propuesta del consorcio realizada la mañana del miércoles y difundida desde Roma por Impregilo, la compañía italiana, socia a partes iguales (48% cada una) con Sacyr, endureció su propuesta inicial y pidió que ACP le entregue 1.000 millones de dólares de adelanto para proseguir con los trabajos.

El segundo plan fue anunciado por el italiano Pietro Salini, consejero delegado de Impregilo. Una empresa belga (3%) y una panameña (1%) completan el Grupo. El español Manuel Manrique, presidente de Sacyr, dijo a Televisión Española que era optimista con vistas a lograr un arreglo.

Pregunta. ¿Creé que la propuesta de GUPC de pedir 1.000 millones de dólares demuestra voluntad de arreglo o va en sentido contrario?

Respuesta. Es una postura muy agresiva y demuestra que de verdad no están buscando negociar sino poner cartas con las que ni siquiera podemos acercarnos a la mesa para jugar. Allí no hay nada legal para nosotros. Con esos números, inmediatamente quedamos fuera del contrato. Lo que planteamos es lo que puede hacer el Canal en este momento. Ellos desaprovecharon la oportunidad que les dio el Canal, sacrificándose todo un año de no percibir 300 millones de dólares de repago que tenían que hacernos. Si no usaron ese tiempo para sus reclamos, no quiere decir que ahora, presionados porque no tienen flujo de caja, van a forzarnos la mano, amenazándonos ya de un ‘gran cuco’ de que si ellos paran la obra nos va a tomar tres años poder finalizarla.

P. ¿Y cómo quedan los avances del lunes pasado gestionados por la ministra de Fomento de España, Ana Pastor?

R. Me llamó mucho la atención que luego de que la ministra habló con el presidente Ricardo Martinelli, con el consorcio y con mi persona, y se comprometió a que GUPC iba a trabajar dentro del contrato, y con pocas horas de que ella haya dejado el país, vengan con una propuesta que está fuera del contrato. Hemos explicado el contrato y nuestras limitaciones como empresa estatal, que no es privada ni puede hacer ese tipo de negocios, y ellos (el consorcio) lo único que dicen es ‘bueno, pero es que eso no es práctico’. El martes me dijeron ‘bueno, pero cambien la ley, si todo el mundo los apoya a ustedes’. Les dije que no puedo cambiar la ley, yo no voy a intentar llegar a un cambio de ley porque ellos quieren que yo negocie fuera del contrato.

P. Pero el tiempo corre y la amenaza de paralización persiste…

R. Quiero que esté bien claro que si yo tengo que ir allá afuera a tirar pico y pala para terminar esta obra, voy a acompañar a todos los panameños que van a estar conmigo para terminarla. No somos panameños de plumas como piensan muchos que tenemos, y lo digo hoy con todo el respeto para los aborígenes americanos. Somos panameños que nos educamos en muchos países, en Panamá, y tenemos capacidad técnica y administrativa. Con todos esos elementos, vamos a completar esta obra en 2015. Tendremos que actuar rápidamente. Vamos a encontrar obstáculos, va a estar difícil la situación, pero no es la primera vez que tenemos dificultades con contratistas. Esta es un nivel diferente pero lo que queda por delante es apenas el 35% de la obra.

P. ¿Cómo les llegaron las propuestas del Grupo?

R. Francamente estamos anonadados de la situación como la han manejado. Hemos recibido las propuestas por los medios de comunicación, o sea muy irregular e irrespetuoso, porque los medios no son la forma. A ellos les puse por delante nuestra propuesta, que era lo más que podíamos hacer para seguir adelante con el proyecto, y luego nos enteramos de algo que soltaron en los medios. No hemos recibido ninguna información oficial. Pareciera ser que ya las decisiones no las está tomando el líder identificado por ellos, que era Sacyr, sino que posiblemente hay otro . Por lo menos Pietro Salini se ha tomado ese Grupo sin haber sido informados de que ellos son los nuevos líderes.

P. La comunidad internacional está expectante por si se paralizan las obras. ¿Qué va a pasar?

R. Le informamos a la aseguradora Zürich América de que esta situación no va por buen camino, y eso es vital para lo que sigue. Conocemos Derecho y el contrato y nuestra actuación no se va a dejar esperar, va a ser rápida. Necesitamos seguir adelante con la obra, con ellos o sin ellos.

P. ¿Piensa que la actitud del consorcio ha sido de imposición, creyendo que esto es una ‘república bananera’?

R. Panamá le ha abierto a los españoles una oportunidad de hacer negocio cuando allá (en España) no tienen negocios. A los italianos también, y a los belgas. ¡Y así es como nos pagan! ¿Cómo creen que nos sentimos como panameños? Definitivamente piensan que todavía tenemos el plumero en la cabeza y que nos están llevando a una esquina y nos van a dar nuestro brazo a torcer, porque ellos siendo empresas constructoras de gran mundo van a poder torcernos el brazo porque creen que tenemos miedo de que no vayamos a poder completar la obra o que nos pudiera costar más con otro. Puede que nos cueste un poco más terminar la obra con otro, no lo sabemos. Depende de cómo lo administremos. Tenemos un buen plan de ejecución que si se puede dar, esta obra la podremos completar sin mayor gasto adicional.

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