_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Algunas nubes y pocos claros

El ánimo en los mercados financieros hoy es menos deprimido que el que en promedio ha estado vigente en los últimos años desde el inicio de la crisis. El primer elemento favorable es el abandono de la recesión en la eurozona, el bloque económico más rezagado en la recuperación económica. El ritmo de expansión no es, sin embargo, generalizado en el área, ni suficiente para reducir de forma significativa los desequilibrios principales de la misma. Ni para alejar los riesgos de estancamiento durante varios años, es decir, de japonización del conjunto de las economías que comparten moneda. Frente a esa tibieza en la recuperación de la eurozona, la economía estadounidense parece asentada en un ritmo de crecimiento entre el 2,5% y el 3%, con reducciones claras en el desempleo. Este sí es un fundamento para las decisiones de inversión. No solo en renta variable, sino en renta fija: concretamente en bonos públicos, que necesariamente acusarán la retirada progresiva de las compras de esos títulos del Tesoro por parte de la Reserva Federal.

La retirada de los estímulos, que refleja una gran confianza en la irreversibilidad de la recuperación americana, constituye uno de los factores de riesgo para la inversión global en 2014. El gradualismo anunciado en el recorte de los 85.000 millones de dólares mensuales que compra el banco central estadounidense puede amortiguar la volatilidad de la que ya tuvimos señales cuando el pasado mayo se anunció un movimiento similar, finalmente no materializado. Que el principal banco central del mundo inicie la retirada de masivas inyecciones de liquidez puede tener efectos difíciles de anticipar. Especialmente en aquellas economías, como algunas emergentes, que han recibido esa liquidez en mayor medida. El impacto sobre los mercados de acciones, pero especialmente sobre los de renta fija y los de divisas, será significativo, aun cuando la habilidad en la retirada y en la comunicación de la reorientación monetaria sean aceptables.

Nubes también son las que presidirán la transición a la unión bancaria de Europa. Las autoridades comunitarias han vuelto a demostrar su facilidad para complicar el horizonte y concebir procedimientos laberínticos para la concreción de un mecanismo mínimamente válido para la resolución de eventuales crisis bancarias como las sufridas en los últimos años. El análisis de la calidad de los activos bancarios y el sometimiento a los bancos de nuevas pruebas de esfuerzo no garantiza resultados exentos de riesgos, pero serían relativamente fáciles de asumir si la comunidad inversora tuviera claro procedimientos rápidos e inequívocos de atención a posibles quiebras de entidades bancarias. Y eso no existe por el momento.

Los inversores tendrán que navegar con atención, confiados en que una vuelta a la recesión no es probable, y que las economías emergentes pueden recuperar parte del pulso perdido en los últimos meses. Frente a esos claros, algunos nubarrones condicionarán la reducción de riesgo que cualquier inversor persigue. Lo peor es que esas fuentes de perturbación potencial seguirán localizadas en la eurozona, y en gran medida debidas a la persistencia de políticas macroeconómicas erróneas o a decisiones impropias de una comunidad que desea caminar hacia una mayor integración monetaria y financiera.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_