Pozuelo sigue en la encrucijada

En el Área Pozuelo Oeste (Arpo), el gran desarrollo residencial de unas 5.500 viviendas previsto al sur de la confluencia entre la M-40 y la carretera de Majadahonda (M-503), ya está prácticamente completada la tramitación urbanística para iniciar las obras. Primero, un imprescindible colector de aguas pluviales, y después, la urbanización de 2,4 millones de metros cuadrados. El Ayuntamiento poco más puede hacer que facilitar las licencias cuando sean solicitadas.

Con el proyecto de reparcelación sobre la mesa, para ser aprobado antes de que finalice el presente año, llega la hora de la verdad. Esa que muchos llevan una década esperando. Que los propietarios y promotores de Arpo empiecen a poner dinero. Algo que hasta ahora solo han desembolsado los cientos de cooperativistas que se embarcaron en este proyecto y que, a pesar del gran retraso, la mayoría ha decidido aguantar y seguir adelante. “Otros han optado por darse de baja y han recuperado las cantidades aportadas”, comenta la concejala de Urbanismo, Susana Pérez.

De momento, lo primero pasa por solicitar licencia para construir el colector de aguas pluviales, cuyo proyecto de ejecución fue aprobado definitivamente por el Ayuntamiento el pasado mes de junio. Algo que incluso ponen en duda los promotores. “Faltan tres estudios para poder iniciar las obras”, dice Javier Guridi, presidente de la Junta de Compensación de Arpo y también de la Mancomisión Gestora del Colector-Interceptor.

“Sin colector no se puede urbanizar”, recuerda la edil. Una tubería de gran diámetro para recoger las aguas procedentes de las nuevas áreas a urbanizar, trasvasarlas al arroyo de Antequina, y desde aquí, al río Manzanares. Se habló inicialmente de que costaría unos 30 millones de euros, luego se elevó casi al doble. “Si se realiza a precio de coste real, no creo que sea tanto”, cree la concejala. El Ayuntamiento deberá aportar el 20 % de lo que se presupueste, cantidad debidamente consignada desde hace meses.

Pero las dudas sobre la financiación de este desarrollo persisten, y los movimientos de los promotores ayudan a acrecentarlas. Las obras de dicho colector podrían estar casi a punto de empezar. No lo van a hacer. Antes, el Ayuntamiento debe aprobar definitivamente la constitución de la Entidad Urbanística Colaboradora (EUC) del Colector-Interceptor —la encargada de solicitar la licencia de obras— y proceder a su inscripción en el registro de la Comunidad de Madrid. Solo a requerimiento expreso del consistorio, el pasado viernes fue remitida la escritura de la EUC, cuatro meses después de que la otorgara el notario. De momento, solo se han adherido a la EUC tres de las 17 juntas que deberían hacerlo.

Desde el Ayuntamiento recomiendan a los cooperativistas, que siguen llamando para saber cuándo estarán sus viviendas, que se armen de paciencia. “No queremos crear falsas expectativas”, reconoce la concejala de Urbanismo y primera teniente de alcalde. Si todo va bien, las obras del colector, de empezar ya, no estarían terminadas antes de tres años. Y a partir de ahí, un mínimo de otros dos o tres años para urbanizar el terreno y otros dos más para que pudieran estar construidas las primeras viviendas. Plazos que demorarían la entrega de las primeras llaves a no antes de 2020.

Son cerca de 100 millones de euros los que habrá que invertir antes de edificar. Y no parece que la situación económica de alguno de los promotores invite al optimismo, aunque transmitan lo contrario. “Nadie me ha dicho que no vaya a aportar lo que le corresponda en la derrama”, dice Guridi.

Pryconsa es propietario mayoritario, y también se mantienen Iberdrola Inmobiliaria, Espacio (Grupo Villar Mir) y varios bancos. Javier Guridi sigue siendo presidente de la junta y también de la gestora del colector. Boj Holding Grupo Inmobiliario, su promotora, se halla en situación concursal tras caer en 2011 su patrimonio neto a 55.193 euros, con un pasivo de 2,13 millones.