Cerrada la venta de Serrano, 66 en Madrid
La familia propietaria ha vendido el edificio comercial y residencial a un family office
La milla de oro madrileña se mueve. Antes del verano, la Caixa vendió el edificio de la calle Serrano, 60 a un fondo inglés, y tras las vacaciones, el del número 5 pasó de manos de una promotora nacional a un fondo alemán. Ahora se acaba de escriturar la venta de Serrano, 66. En este caso, la familia pasa la titularidad a un family office.
Se trata de 1.811 metros cuadrados que tienen uso residencial y comercial. Eduardo Cuellar, socio director de la consultora inmobiliaria Seeker Propierties, ha asesorado a la familia propietaria. La operación ahora cerrada lleva en marcha un año y medio. Desde el inicio ya se fijó el precio por el que se ha terminado rematando la operación. Dada la zona, los nuevos propietarios podrían optar por generalizar el uso comercial.
La consultora inmobiliaria Seeker Properties lleva cinco años en el mercado especializada sobre todo en comercial y su seña de identidad es pescar en caladeros exclusivos. Zonas prime y con productos que no se mueven en los circuitos habituales.
Entre otras operaciones, se han ocupado de la venta de un local de 360 metros cuadrados en la calle Velázquez, 47 o de los arrendamientos a Ferrari (450 metros cuadrados y a renta variable) y a la firma de moda Ermanno Escervino, de sendos locales en la calle Serrano, números 6 y 82, respectivamente.
Cuellar, define así a la española Seeker Properties: “somos una pequeña consultora inmobiliaria con trato especializado al cliente. Nuestra principal función es la intermediación y asesoramos y hacemos consultoría, estudios de mercado, valoraciones y urbanismo”.
¿Significa esta operación que es cierto que los family office españoles optan por el ladrillo español? “Diversifican y en el caso inmobiliario para los activos de calidad no se ha producido tanta pérdida como sucede en sectores como el de las energías renovables o en la bolsa. Y tienen muy en cuenta, primero que es un bien tangible que el inversor puede controlar y que los activos en bolsa no están sujetos, como en el caso inmobiliario, a actualizaciones del IPC”.
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