Las protestas marcan la junta de Bankia
Goirigolzarri abre una nueva fase de la entidad con el objetivo de alcanzar la rentabilidad Destaca que 179 clientes ya han recuperado el dinero de las participaciones preferentes
José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, anunció este martes el comienzo de una etapa mejor para la entidad. El mensaje se estrelló, sin embargo, con la indignación de los accionistas y tenedores de preferentes que han visto evaporarse sus ahorros y que monopolizaron las casi seis horas de junta. La tensión subió especialmente cuando un numeroso grupo de accionistas trataron de entrar en la sala principal del Palacio de Congresos de Valencia en la que se celebraba la junta. Un intento que fue repelido por un doble cordón de agentes de seguridad.
Goirigolzarri intentó encauzar el malestar de los tenedores de preferentes recordando que la solución ofrecida a los preferentistas fue peor que la que Bankia hubiera deseado, pero que le vino impuesto por el acuerdo entre el Gobierno y la Comisión Europea para el rescate bancario a España. Y animando a los damnificados, muchos de los cuales aseguraron haber sido “estafados” con los productos híbridos, a acudir a la vía del arbitraje, que se puso en marcha en abril y ya ha dado frutos positivos en los casos de 179 clientes, a los que “se les ha ingresado en su cuenta corriente el importe de su inversión”.
El presidente de Bankia adelantó incluso, en el turno de respuestas, que el plazo para solicitar el arbitraje sobre las condiciones en que se efectuaron los canjes de preferentes y otros híbridos se ampliará dos semanas, hasta el 15 de julio, a pesar de que el banco ha recibido ya 144.903 solicitudes.
Los intentos de conciliación de Goirigolzarri no parecieron tener efecto sobre el auditorio, que convirtió la junta en una nueva expresión de rabia y desesperación por el dinero perdido. “Somos accionistas forzosos”, se lamentaban muchos de los que se han visto empujados a canjear preferentes por acciones. “Son ustedes unos chupópteros”, “está muriendo mucha gente con estos disgustos”, “ya es hora de que nos devuelvan nuestro dinero, que lo ganamos trabajando honradamente”, y declaraciones similares se sucedieron intervención tras intervención.
Las quejas no hicieron distinción, en la mayor parte de los casos, entre los actuales dirigentes del banco y los anteriores. A pesar de ello, los nombres de Rodrigo Rato (expresidente de Bankia), Miguel Blesa (expresidente de Caja Madrid) y José Luis Olivas (Bancaja) aparecieron en algunas de las intervenciones. Un accionista incluso se quejó de que Bankia no haya emprendido acciones penales contra ellos.
Gorigolzarri se defiende
Goirigolzarri, que sin hacer ruido ha señalado en más de una ocasión a los exgestores como responsables del agujero en el que cayó Bankia, defendió en su respuesta a los accionistas el sistema “proactivo y sistemático” que ha establecido la entidad para esclarecer las irregularidades que se cometieron. El directivo explicó que varias de estas “operaciones no ortodoxas” detectadas en los últimos 12 meses han sido trasladadas a la fiscalía y al Banco de España.
Frente a las protestas, que interrumpieron en algunos pasajes su discurso, Goirigolzarri se esforzó en presentar la segunda etapa de Bankia. Un banco que no tiene “necesidades adicionales de capital” y que, pese a que quedan “muchas cosas por mejorar y mucho camino por andar”, se ha marcado como objetivo alcanzar una rentabilidad del 10% sobre fondos propios en 2015. Se trata, dijo el directivo, de “la única forma de crear valor para los accionistas y dar una rentabilidad a las ayudas recibidas” a través del contribuyente.
Goirigolzarri recordó las terribles cifras de 2012, el año que Bankia cerró con pérdidas de 19.193 millones, destinó casi 24.000 millones a provisiones (el 43% de ellas por riesgo inmobiliario), y recibió inyecciones de fondos públicos por importe de 24.500 millones.
Un año más tarde, Bankia-Banco Financiero y de Ahorros cuenta con un “alto nivel de capitalización” y 40.000 millones de activos líquidos. Ha avanzado en la reducción de oficinas y plantilla —4.500 puestos de trabajo menos hasta principios de 2014— para ganar eficiencia, y reafirma su previsión de ganar 800 millones este ejercicio.
Desinversiones estratégicas
El acuerdo firmado entre el Gobierno y la Comisión Europea para el rescate bancario europeo obligará a la entidad a proseguir la desinversión en participaciones no estratégicas y le impide conceder créditos al sector promotor. La apuesta de Bankia, señaló Goirigolzarri, pasa por aumentar el peso de “productos de alto valor añadido”, como los fondos de inversión, en los que su cuota ha ganado 28 puntos hasta mayo hasta situarse en el 4,80%. Y en el crédito al consumo y a las pequeñas y medianas empresas. En este último caso su cuota se ha elevado en los cuatro primeros meses del año del 5,50% al 5,77%.
El presidente de Bankia puso el acento en mejorar la eficiencia, para lo que ha emprendido una drástica reducción de oficinas y personal. Goirigolzarri defendió “la hoja de ruta” de la entidad y afirmó que la actual debilidad puede convertirse en fortaleza: “La banca española tiene un problema de sobrecapacidad”, afirmó, y Bankia estaría actuando mejor y más rápido al respecto, argumentó.
El presidente de Bankia subrayó las mejoras introducidas en el gobierno corporativo. El banco ha prescindido de 800 consejeros externos, lo que implica un ahorro de siete millones de euros anuales. Y ha creado la figura del lead director, cuya función será “coordinar y hacer oír la opinión y las posiciones de los consejeros independientes”. Con ello se pretende, según el propio Goirigolzarri, crear un “contrapoder” interno al presidente.
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