Ben Bernanke dispara la sensibilidad de los inversores
El presidente de la Fed dijo lo que ya se sabía, pero su claridad asustó al mercado Es el mundo al revés: las buenas noticias acentúan las ventas y las malas, las compras
Wall Street se ha vuelto más sensible aún ante los datos económicos. Es la consecuencia más evidente a lo dicho este miércoles por Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal. En esencia, el responsable de la política monetaria de EE UU aclaró al mercado que en cuanto el paro baje del 7%, debe esperar una moderación en la compra de deuda. Y eso podría pasar a final de año. La respuesta del Dow Jones fue arrancar la jornada con una caída adicional del 1,5% que se suma al 1,35% con la que cerró el miércoles en una jornada de fuertes caídas en todos los parqués de referencia. La jornada terminó con pérdidas del 2,30%.
Bernanke fue más informativo de lo normal en su tradicional rueda de prensa mensual al ir más allá de lo expresado en el comunicado pactado tras dos días de reunión. La visión que ofreció de la economía fue incluso más optimista que la del consenso de la Fed, por eso pidió indirectamente al mercado que no tenga miedo a la retirada progresiva de los estímulos. Pero aunque dijo lo que ya se decía en el parqué desde hace semanas, su aclaración creó más ansiedad.
Esa sensibilidad se vio con claridad en la lectura del dato de peticiones semanales de subsidios por desempleo y de vivienda de segunda mano. En el primer caso, crecieron más de lo esperado y eso contribuyó moderar la caída inicial del Dow Jones. En el segundo, la reventa subió un creció un 4,2% en mayo y el buen dato provocó que el índice de referencia de Wall Street acelerara la caída porque se interpreta que respalda el argumento de la Fed.
En otras palabras, las buenas noticias crean más volatilidad. Sensibilidad que se ve claramente también en la reacción de los mercados de futuros. El tipo del bono a 10 años está al 2,46% y 3,5% en el de 30 años, lo que significa préstamos más caros. El oro, entre tanto, prosigue la caída y se paga a 1.294 la onza en el mercantil de Nueva York. Es la primera vez en tres años que baja de los 1.300 dólares. La retirada de estímulo en EE UU resto fuera al euro, que se cambia a 1,31 dólares la unidad.
El índice de volatilidad subió un 24%. Como coinciden los analistas, realmente no cambió nada tras la reunión de la Fed pero está claro que durante los próximos meses habrá un reequilibrio en el mercado. El catalizador en las próximas semanas será los resultados correspondientes al segundo trimestre, lo que podría ayudar a atemperar la tensión. A los temores sobre la acción de la Fed se le suma la debilidad de los datos en China.
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