El FMI pide otra vuelta de tuerca laboral
El Fondo ve necesario abaratar más los costes laborales para reducir un paro "inaceptable" El organismo aplaude la propuesta de lo expertos para reformar las pensiones Rebaja el optimismo y advierte de que las perspectivas económicas siguen siendo díficiles Se alínea con Bruselas y recomienda ampliar la base de algunos impuestos indirectos
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha ejercido de algo parecido a un poli bueno para los países con problemas en los últimos meses: se ha distinguido de los poderes fácticos de Bruselas al defender de forma mucho más clara que España debía suavizar el ritmo de su ajuste fiscal para no boicotear su recuperación económica y en admitir que se había infravalorado los efectos recesivos de la austeridad, admitiendo incluso errores en la gestión de la crisis griega. Pero el organismo fue este miércoles muy contundente a la hora de reclamar otra vuelta de tuerca a la reforma laboral que, de facto, abarate más el despido y facilite la rebaja de salarios con el fin de reducir un nivel de desempleo “inaceptablemente alto”.
Los hombres de negro —expresión que el ministro Cristóbal Montoro hizo célebre al hablar de los inspectores de la troika que debían inspeccionar el país como consecuencia del rescate de la banca— se presentaron este miércoles en Madrid para presentar las conclusiones de su misión en España. El informe resalta que “los desequilibrios exterior y fiscal se están corrigiendo rápidamente”, pero echa un jarro de agua fría a la campaña emprendida por el Gobierno en las últimas semanas por transmitir una imagen de optimismo y la idea de que ya hay luces de salida de la crisis.
El FMI se limita a señalar que “aunque hay signos de que la contracción de la economía podría terminar pronto, las perspectivas siguen siendo difíciles”. Las previsiones del organismo son más negativas que las del Gobierno. Admite que “un escenario más positivo similar al previsto por el Gobierno es ciertamente posible, especialmente a medio plazo si se llevan a cabo las reformas previstas”, pero que también hay riesgos a la baja. Y, eso sí, llamó a “evitar que se utilice la esperada mejora económica como argumento para ralentizar el esfuerzo de reformas”.
James Daniel, el jefe de la misión para España, señaló que, en efecto, la cuarta economía europea atisba algunos signos de recuperación —habrá crecimiento en el segundo semestre—, pero “ese no es el tema”, sino “si esa reactivación es suficiente para crear empleo”. Y España, recordó, históricamente solo ha creado empleo con crecimientos del 1,5%.
Según últimas previsiones del FMI, de abril, el desempleo solo bajará al 26,5% en 2014 y en 2018 aún seguirá en el 23%. Daniel lamentó que para frenar la crisis España ha reducido más el número de empleos que los salarios, a diferencia de otros países, pero los sueldos españoles “son los mismos que en 2007”.
Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) revelan que las rentas del trabajo en el PIB se reduce en favor de los beneficios empresariales.
El Fondo pide más medidas por el empleo, propone que “se alineen los costes de despido para los contratos indefinidos con la media de la UE y que se incrementen de forma más gradual con la antigüedad”, además de “reducir el número de contratos, ampliar el uso del nuevo contrato permanente”, lo que abona a los defensores del contrato único.
Plantea además una mayor precisión de las causas objetivas de despidos, dado que reclama “reducir el margen de interpretación judicial de los despidos objetivos”. La actual reforma ha multiplicado los casos en los tribunales para determinar si, en efecto, la empresa tenía causas objetivas para despidos procedentes.
"El déficit sigue siendo muy alto, pero los ajustes afectan al crecimiento", según el jefe de la misión
Y los sueldos tienen margen para seguir bajando, según el organismo. Propone “el compromiso de los empresarios de generar incrementos significativos en el empleo a cambio de la aceptación por los sindicatos de una significativa moderación salarial”, además de otras vías para fomentar la contratación como “algunos incentivos fiscales a través de reducciones inmediatas en las cotizaciones a la Seguridad Social compensadas por incrementos en la recaudación por imposición indirecta en el medio plazo”.
Y también cree que, a no ser que la situación cambie en los próximos meses, son necesarias “reformas más profundas en la negociación colectiva” con el fin de facilitar que las empresas con problemas puedan aplicar rebajas salariales por debajo del convenio colectivo que las rigen, es decir, las llamadas “cláusulas de descuelgue”. También deja abierta la puerta a rebajas de cotizaciones y otros costes laborales para la contratación de jóvenes o parados de baja cualificación. Dio visto bueno al plan de pensiones propuesto por el comité de expertos y que ahora se debe debatir en la comisión parlamentaria del Pacto de Toledo.
Es la creación de empleo lo que fomentará el consumo interno, recalcó Ranjit Teja, subdirector del departamento para Europa. Estas medidas complementarían la reforma aprobada en 2012. El Gobierno respondió de forma poco receptiva el miércoles a través de la secretaria de Estado de Empleo, Engracia Hidalgo, quien señaló que el Ejecutivo respeta las opiniones del FMI “pero la reforma laboral es equilibrada, de envergadura y está hecha”.
Pero el otro gran obstáculo para la reactivación española, la sequía crediticia, tampoco se ha solventado con las últimas reformas financieras, ni siquiera con el rescate a la banca. El FMI defiende un proceso de desapalancamiento “más gradual” que sea compatible con que el crédito llegue a las empresas. A los bancos les pide reforzar el capital y prudencia en el reparto de dividendos, entre otras medidas. Valora la iniciativa de “clarificar” la clasificación de los préstamos refinanciados y que el Banco de España continúe con las pruebas de resistencia.
El Fondo cree que España puede hacer por “mejorar sus ingresos públicos, sobre todo en el ámbito de los impuestos indirectos”, en los que es menos eficiente que otros países de su entorno, dijo Daniel, si bien dejó claro que no piden una subida de los tipos del IVA. Abogó por que “se aumenten los ingresos sin necesidad de tocar los tipos”. Es decir, por aumentar la base impositiva (incrementado los productos que pagan las tasas más elevadas), en línea con las recomendaciones de Bruselas.
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