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“Creo que el 90% de los parados ya ni están detrás de un trabajo”

Antonio Salom es uno de los 2.789.900 españoles que lleva más de un año en paro

Thiago Ferrer Morini
Antonio Salom, transportista en paro.
Antonio Salom, transportista en paro.A. GARCÍA (EL PAÍS)

Antonio Salom tiene 30 años y es uno de los 2.789.900 españoles que lleva más de un año en paro, un 46,7% del total. Mallorquín residente en Madrid desde hace seis años, empezó a trabajar de fontanero “oficialmente” cuando cumplió los 16, aunque afirma que lleva trabajando “desde los 13 o 14 años”. En aquél entonces, la fontanería le pareció un oficio más atractivo que lo que hacía su padre, transportista. “Me gusta la profesión”, afirma. “Trabajas a tu aire, ves a tu familia cuando quieres, y en determinados momentos es hasta creativo”.

Pero la crisis le hizo volver al oficio familiar. Estuvo trabajando para varias empresas de transportes hasta que, hace año y medio, perdió su último trabajo. Desde entonces, nada. “De hecho, buscar trabajo yo ya ni busco”, indica. “Creo que el 90% de los parados ya no están detrás de un trabajo. Es perder tiempo y dinero ir echando currículums en empresas que ya directamente ni los quieren”.

Hace dos meses, usó sus últimos ahorros para probar suerte como transportista autónomo. “Fueron 1.500 euros de la furgoneta de segunda mano y 900 del carnet para conducirla”, recuerda. Pero hay más gastos que ahora mismo Antonio no se puede permitir. “Tarjeta de transporte, el alta como autónomo, en fin, un montón de papeles”, enumera. Y sin esos papeles, ninguna empresa puede contratarle. “Como mucho, alguna mudanza hecha en negro”.

A Antonio le quedan dos meses de paro. A su pareja, con la que tiene un hijo de cinco años, también le quedan dos pagas del plan Prepara. Con ambas prestaciones, pagan los 700 euros del alquiler del piso en el que viven. Para lo demás, lo que consigue de recoger cartones con la furgoneta y venderlos, entre 150 y 200 euros al mes.

¿Y cuando se acabe? “No lo sé. Volver a Mallorca, donde las cosas también están mal, donde mi padre también está en paro, sería como salir de la sartén para caer en las brasas”, reflexiona Antonio. “Aquí, al menos, con lo de los cartones vamos tirando. Si los del Gobierno no nos lo quitan, siempre puedo irme a una habitación con mi mujer y mi hijo”.

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Sobre la firma

Thiago Ferrer Morini
(São Paulo, 1981) Licenciado en Ciencias Políticas y de la Administración por la Universidad Complutense de Madrid. En EL PAÍS desde 2012.

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