El crédito a las familias cae a niveles de 2007 por la restricción de la financiación
Los hogares continúan reduciendo su endeudamiento mientras reducen su efectivo La mejora de las Bolsas eleva la riqueza financiera en el tercer trimestre con respecto a junio
Las familias españolas contiuaron en el tercer trimestre con el duro proceso de ajuste que arrastran desde el inicio de la crisis, lo que tuvo lugar hace ya un lustro, para reducir sus niveles de deuda tras la vorágine del crédito de los años previos al estallido de la burbuja inmobiliaria. Según los datos que ha revelado el Banco de España este lunes sobre la riqueza financiera de los hogares, el crédito a las familias bajó un 4% en septiembre con respecto al mismo periodo de 2011, hasta los 843.945 millones de euros. Con este nuevo descenso, que supone el noveno trimestre consecutivo de caída en tasa interanual, el total del préstamo a los hogares baja a niveles de 2007.
El excesivo nivel de deuda acumulado por todos los actores de la economía española es uno de los factores clave que explican los problemas de España para entrar en una senda de recuperación. Por eso, los analistas consideran imprescindible el descenso del endeudamiento de las familias, un ajuste que también se está dando entre las empresas pero que está tardando algo más en el ámbito de las Administraciones Públicas, para superar la crisis.
La crisis ha evaporado 231.750 millones de la riqueza familiar de los hogares españoles
A este respecto, la estadística publicada esta mañana por el del Banco de España es una más que viene a confirmar el esfuerzo que están llevando a cabo los hogares por reducir su pasivo, pero también ofrece una imagen completa de la situación financiera de las familias y de la salud de unas cuentas lastradas por el freno de los salarios, que no tienen margen para ahorrar y que están obligadas a tirar de reservas para tratar de mantener los gastos cotidianos. Así, si por el lado de la deuda continúa el ajuste, hay escasas novedades del lado de sus recursos e ingresos, que siguen a la baja.
Condicionados por la caída de los salarios en términos reales —descontada la inflación— y el persistente auge del paro, el nivel de efectivo y los depósitos de las familias volvió a caer en el tercer trimestre de 2012, hasta los 838.163 millones de euros. Esto supone una caída del 1,5% frente al dato de junio y un retroceso del 2,3% con respecto al mismo periodo de 2011.
En el tercer trimestre tampoco mejoró la riqueza de las familias con dinero invertido en Bolsa, una opción que en cualquier caso está restringida a aquellos hogares que disfrutan de excedentes, cuyo número, por otra parte, cada vez es más reducido. Este colectivo sufre unas pérdidas del 5% en su inversión frente al tercer trimestre de 2011, con 416.891 millones. Sin embargo, sí logran mejorar su posición con respecto al cierre de junio gracias al repunte del 8,5% que registró la Bolsa española en este periodo, que de hecho supone su mejor balance trimestral en dos años.
La mejora de la Bolsa hasta septiembre permite el cambio de signo en tasa intertrimestral
Poniendo el foco en la situación global de las cuentas de las familias, la evolución a la baja del crédito no fue suficiente para contrarrestar los efectos de la caída del efectivo y la pérdida de valor de las inversiones en Bolsa, con lo que la racha negativa que acumula la riqueza financiera neta de los hogares desde junio de 2011 sumó un nuevo trimestre a la baja. Eso sí, el recorte en la deuda permite moderar el ritmo de descenso con una caída del 1,5% en la comparación interanual, hasta un total de 733.240 millones. En la comparación trimestral, la mejora registrada en la inversión en Bolsa sí permite cambiar el signo negativo de los trimestres anteriores y se registra un alza del 5,5%.
Con respecto a la fecha en la que se empezaron a desbordar los problemas económicos -finales de 2007-, las familias han perdido un 24% de su riqueza de forma global, lo que representa la evaporación de 232.000 millones de euros. Bajando al detalle de la situación de cada hogar, sin embargo, el resultado muestra grandes divergencias. Así, si los que padecían más dificultades y tenían menos recursos han sufrido con mayor intensidad el golpe de la crisis, tal y como demuestra el aumento en este periodo del número de españoles que vive bajo el umbral de la pobreza, los problemas disminuyen a medida que se va ascendiendo en la escala social.
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