Crecer sobre un mar de petróleo y gas
La economía rusa sigue siendo demasiado dependiente de los hidrocarburos
Rusia, cuya economía depende en gran parte de la venta de hidrocarburos, no tendrá grandes problemas este año. En 2012 impuso una marca histórica en la extracción de petróleo, que llegó a los 518 millones de toneladas y constituye el mejor índice desde que la Unión Soviética dejó de existir. Todo indica que, principalmente gracias al crudo y al gas, la crisis mundial tendrá efectos mínimos en la economía rusa, lo que permitirá al Gobierno cumplir las numerosas promesas sociales que ha hecho.
Con una estructura como la rusa, en la que los hidrocarburos desempeñan un papel importantísimo, es indudable que el desarrollo económico de este país dependerá de la coyuntura internacional, concretamente si continúa deteriorándose la situación en Europa —el principal comprador de combustible— y si el precio del crudo desciende o no. Si a ambas preguntas respondemos negativamente, se puede esperar un crecimiento del PIB del 3,8% este año (pronóstico de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE) índice que, según los analistas más optimistas del Ministerio de Economía, podría superar el 4%.
El crecimiento del PIB en 2012 fue menor que el año precedente: 3,7% (datos hasta octubre) contra 4,3%; y la inflación fue del 6,3%. Las autoridades consideran que su lucha contra esta última continúa siendo una de sus prioridades, aunque todavía está muy lejos de alcanzar los niveles que se dan en los países europeos más desarrollados y, según los pronósticos del Ministerio de Economía, este año volverá a superar el 6%. La ralentización de la economía y de la industria (cuyo crecimiento cayó del 4,7% en 2011 al 2,7% en 2012) el Gobierno lo explica oficialmente como una consecuencia de la crisis mundial.
Pero incluso si la situación internacional continúa empeorando, Rusia cuenta con suficientes reservas como para minimizar la crisis. En sus fondos de estabilización ha logrado reunir más de 100.000 millones de euros (46.000 millones corresponden al Fondo de Reservas y más de 66.000 al de Bienestar Social), mientras que las reservas del Banco Central alcanzaban a principios de diciembre pasado casi los 400.000 millones.
La extracción de petróleo, según los pronósticos oficiales, será este año similar a la de 2012, pero lo importante es que el barril del Urals no baje de los 91 dólares, pues el presupuesto de este año se ha hecho basándose en este precio. El descenso del precio del crudo, unida a la disminución de la extracción y venta de gas, podría imposibilitar el cumplimiento de las promesas de aumento de salarios y pensiones hechas por el Gobierno, lo que a su vez podría conducir a una explosión social.
Esto es lo que pronostica la oposición extraparlamentaria, que dibuja un preocupante cuadro de estancamiento económico, seguido de una recesión. Sin embargo, es dudoso que este año pueda desatarse una explosión social que paralice a la economía, sobre todo teniendo en cuenta el holgado colchón financiero que representan los fondos de estabilización, a los que el Gobierno puede echar mano en caso de una fuerte crisis. Lo más probable, en opinión de la mayoría de las instituciones especializadas y de la Comisión Europa, es que la economía rusa continúe mostrando un crecimiento moderado en 2013, superior al 3,5% del PIB.
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