Francia, ¿un enfermo imaginario?
El paro juvenil roza ya el 25%, mientras el Cac 40 de la Bolsa de París ha crecido un 14% este año y la deuda a diez años se financia a índices inferiores al 2%
Señalada con el dedo por Alemania, Bruselas, los organismos internacionales y los mercados financieros como el nuevo enfermo de Europa, Francia parece haber capeado mejor de lo previsto 2012 y ofrece síntomas contradictorios a la espera de ver si en 2013 se desencadenan o no los ataques que muchos anticipan. Frente al aumento constante del paro, especialmente entre los más jóvenes, París todavía puede presumir ante sus vecinos de algunos datos positivos. La prima de riesgo sigue estable en 65 puntos; el índice principal de la Bolsa, el Cac 40, ha ganado desde principios de año un 14% (frente al 26,4% del Dax alemán), y pese a la pérdida de la triple A decidida por Moody’s y por Standard & Poor’s, el Estado galo nunca había financiado su deuda con tanta holgura.
Los bonos OAT a diez años cotizaron en la subasta del miércoles por debajo del 2%, al 1,994%, el mínimo histórico de siempre. El dato es llamativo, también si se compara con el pasado. En septiembre de 1981, cuando ocupaba el Elíseo el anterior presidente socialista, François Mitterrand, París pagaba el 17% por colocar sus títulos soberanos. Hoy, los OAT son un valor refugio y el ministerio de Economía ha revisado tres veces este año a la baja el coste de la deuda para este año: París deberá pagar 46.400 millones de euros en intereses, 2.400 millones menos de lo previsto.
Las malas noticias vienen cada mes de los datos de desempleo. El paro entre los jóvenes activos de 15 a 24 años ha batido un nuevo récord histórico, alcanzando el 24,9% tras subir 1,4 puntos porcentuales en el último trimestre y un 2,8% anual, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INSEE).
París todavía puede presumir ante sus vecinos de algunos datos positivos
Si se incluye la población que vive en las regiones de ultramar, la cifra global de parados alcanzó en septiembre el 10,3%, aunque el crecimiento del 0,7% anual es muy inferior al que muestran las estadísticas de los jóvenes, verdaderos paganos del frenazo de las contrataciones. Según los datos oficiales, 2,83 millones de personas están sin trabajo en la Francia metropolitana, y casi la cuarta parte (el 23,8%) son menores de 26 años.
El primer ministro Jean-Marc Ayrault, que achacó el miércoles esa situación a la herencia recibida, ha empezado a poner en marcha en algunas regiones la principal apuesta electoral de Hollande, los contratos de generación y los empleos de futuro. El plan es crear 150.000 puestos de trabajo ofreciendo ventajas fiscales a las empresas que contraten a menores de 26 años en paro y mantengan a los trabajadores veteranos para que enseñen el oficio a los aprendices. Pero estas medidas, advirtió Ayrault, solo empezarán a notarse en el primer trimestre del año que viene.
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