Londres prolonga la austeridad a 2018
La economía del país caerá en 2012 un 0,1% cuando hasta ahora esperaban un alza del 0,8% El avance del PIB de 2013 será ocho décimas inferior a lo previsto con un 1,2%
“La economía británica está cicatrizando”, dijo el canciller del Exchequer (ministro del Tesoro), George Osborne, al arrancar en los Comunes la presentación del tradicional ajuste presupuestario de otoño. Sin embargo, luego explicó que las previsiones para este año 2012 se han transformado de un modesto crecimiento a una pequeña contracción del 0,1% y las de 2013 han caído del 2% al 1,2%.
Anunció mejores cifras de las cuentas públicas de lo que esperaba la City y aseguró que el déficit público caerá del 7,9% al 6,9%. Además, mantendrá su descenso en los próximos años hasta quedarse en el 1,6% del PIB dentro de cinco años. Pero prolongó en un año adicional la política de austeridad presupuestaria, incluyendo el ejercicio de 2017-18.
Con un discurso menos político de lo que suele ocurrir en estas ocasiones y con un énfasis sorprendentemente optimista, Osborne se refugió en una catarata de cifras para presentar un ajuste presupuestario que definió como “fiscalmente neutro”, quitando por un sitio lo que daba por otro. Tan neutro, que provocó lecturas políticas contradictorias. Mientras a juicio del Financial Times las medidas favorecen a la clase media en perjuicio de los más ricos y de los más pobres, el conservador The Daily Telegraph concluye que el caciller del Exchequer castiga a la clase media y a los pensionistas, que perderán 1.000 libras anuales (1.230 euros).
Las pymes ven buenas intenciones pero poco realismo y muy poca valentía. Celebran que las desgravaciones fiscales de las inversiones de capital se haya elevado a 250.000 libras (307.000 euros) pero ven con escepticismo el nuevo esquema crediticio que pone a su disposición créditos por 1.000 millones de libras (2.460 millones de euros) porque la experiencia les dice que a la hora de la verdad todo son problemas para conseguir el dinero.
El canciller ha congelado una vez más el tradicional aumento del impuesto sobre carburantes, que no subirá los tres peniques anunciados. Ha subido un 2,5% la pensión estatal básica hasta las 110,15 libras a la semana (135,6 euros). El Impuesto de Sociedades se reduce del 22% al 21%. El mínimo exento del IRPF ha subido 290 euros más de lo esperado (11.625 euros). Y espera recaudar por encima de 6.000 millones de euros en seis años por el acuerdo firmado con Suiza para desvelar cuentas ocultas en ese país.
Pero ha anunciado una serie de cambios en las ayudas sociales que significarán un recorte de 4.500 millones de euros en tres años; recorta de 1,85 a 1,54 millones de euros desde 2014 las desgravaciones por la pensión acumulada de por vida y eleva por debajo de la inflación el techo del IRPF que está por debajo del tipo máximo del 40%.
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