El nuevo templo del jamón

Dice que la clave de su éxito es “buen servicio, buen servicio y buen servicio”. Que la atención al cliente y la venta no acaban cuando este sale por la puerta, sino el día que vuelve a entrar para repetir la compra. Tras décadas de trabajo y sin hacer ruido, Enrique Tomás (Badalona, 1966) ha creado una empresa que factura 15 millones de euros al año, emplea a 262 personas y cada ejercicio invierte 2,6 millones en desarrollo empresarial. La firma acaba de abrir una flag ship store(el término que se refiere a la tienda insignia y que habitualmente se emplea en el sector de la moda) en la calle de Pelai de Barcelona: 600 metros cuadrados en pleno centro de la capital catalana que suponen el primer paso de lo que el propietario califica de “salto de gigante”. En suma, es la tienda número 37, de las que solo seis son franquicias.

Tomás, líder en compra y venta de jamones (más de 300.000 al año, asegura), inició su actividad hace 30 años con un puesto de charcutería en el mercado de la Salut de Badalona (Barcelona). En 1987 se lanzó a la apertura de establecimientos propios, que llevan su nombre, en el área metropolitana de Barcelona y también en la capital. Desde este año, también está presente en cuatro estaciones de metro. El empresario presume de conocer personalmente a cada uno de sus empleados y sus familias y de ofrecer jamón entero o en cualquiera de los tipos de corte que cada pieza permite. “Siempre cortado a mano”, subraya.

El “salto” que se dispone a dar pasa por abrir tiendas en Madrid: “Allí la estrategia será la contraria que en Barcelona. Mientras en Cataluña comenzamos por el extrarradio y para acercarnos al centro, en Madrid tendremos primero presencia en el centro y en los grandes centros comerciales”. Tomás asegura que tiene peticiones para abrir 219 tiendas, “desde Latinoamérica hasta países del Este pasando por Italia”.

El empresario empezó hace 30 años en un mercado y hoy lidera el sector

No se corta el empresario al mostrar su ambición: “Nuestra intención es ponerle apellido al jamón. Que cuando se hable de jamón se hable de Enrique Tomás”, dijo el día de la inauguración de la tienda de Barcelona la semana pasada. El macroespacio tiene una zona de libre servicio (con jamón y otros embutidos loncheados, además de paquetes básicos de piezas de pollo, ternera y cerdo) y lo que el empresario llama “el altar”. Se trata de una enorme mesa con una veintena de jamones de distintas denominaciones y precios listos para cortar. También hay una zona con expositores y jamones de gama alta de las cuatro denominaciones de origen, Extremadura, Valle de los Pedroches, Guijuelo y Huelva. En total hay 93 referencias de jamón. Además, para este nuevo local, Tomás se ha aliado con lo que considera líderes de otros sectores. Son la cervecera Damm, conservas Dani, Coca-Cola y las cavas Juvé i Camps.

Las tiendas de Enrique Tomás han esquivado por ahora la crisis. “La crisis la desvío a la competencia”, dice él. Consciente de que “nadie come jamón por hambre”, insiste en que la clave es “el buen servicio y la calidad-precio”. Sobre las futuras aperturas, se plantea un mix de tiendas propias y franquicias. Asegura que rechaza peticiones: “Ahora mismo el autotrabajo es una salida, es el último cartucho y con gran pena le digo a mucha gente que no es el perfil”.

En la tienda emblema de Barcelona se impartirán cursos de degustación y corte de jamón, y se celebrarán eventos gastronómicos y culturales.