Warren Rudman, una voz contra la deuda pública
Se le atribuye la idea de combatirla con la austeridad
“Es hora de ser honestos con la ciudadanía americana. O bien tomamos los pasos necesarios para recortar el coste de los programas públicos o incrementamos los impuestos para pagar por ellos, o efectuamos una combinación de ambos. No hay un modo sencillo de atajar el problema del déficit presupuestario, pero el futuro de nuestra nación depende de ello".
Tras pronunciar esas palabras, en 1992, el senador republicano por New Hampshire Warren Rudman (Boston, 1930) dejó su escaño y abandonó la política después de dos legislaturas. La deuda pública nacional de Estados Unidos era entonces de cuatro billones de dólares. A Rudman le inquietaba sobremanera que pudiera llegar a igualarse al producto nacional bruto. “Es lo que sucede en el Tercer Mundo”, dijo.
Cuando Rudman murió el pasado día 19, a los 82 años, la deuda pública y el producto interior bruto estaban ya igualados en los 15 billones de dólares. La nación, además, se acerca peligrosamente a un nuevo abismo fiscal. Si demócratas y republicanos no llegan a un acuerdo, en enero entrará en vigor una devastadora combinación de subidas de impuestos y recortes automáticos en programas públicos de hasta 700.000 millones de dólares.
Hoy en día, muchos intelectuales políticos del Capitolio le atribuyen al senador Rudman la autoría de esa fórmula: ante una deuda pública desbocada, austeridad y subidas de impuestos. En 1985 y 1987 ayudó a redactar dos leyes que instauraron recortes automáticos si la Casa Blanca no tomaba medidas para eliminar la deuda pública.
Eran aquellos los años de la reaganomía, de las bajadas de impuestos y del rearme con factura a las arcas del Estado. Sería con Bill Clinton, un demócrata, con quien el presupuesto quedaría equilibrado, para volver a desbordarse con las dos costosas guerras de George W. Bush. Hoy es un problema muy difícil de atajar.
Visionario en muchos ámbitos, no solo el de la economía, Rudman abandonó el Senado para copresidir una comisión de análisis sobre el fenómeno del terrorismo en el siglo XXI. Era 1998. La conclusión principal fue: “América será cada vez más vulnerable a ataques hostiles en suelo nacional y nuestra superioridad militar no nos protegerá completamente”. Tres años después, más de 3.000 personas murieron en los ataques terroristas del 11-S.
Ante todo, en su vida política, Rudman fue un moderado, siempre dispuesto a colaborar con los demócratas. Es una clase de políticos ahora en extinción, dado el creciente extremismo en el Capitolio. En su libro de memorias, titulado Combate: doce años en el Senado de EE UU, criticó el fenómeno del ultraconservadurismo religioso: “El Partido Republicano está cometiendo un terrible error si se alinea con la derecha cristiana”. El resultado de las últimas elecciones presidenciales parece haberle dado la razón.
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