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Competencia pone en duda la efectividad de la liberalización ferroviaria

El organismo advierte de que el plan de Fomento mantiene ventajas a favor de Renfe La Comisión critica al Gobierno por utilizar un real decreto para articular los cambios

Cristina Galindo
Fotografía facilitada por Renfe de la estación de Chamartín.
Fotografía facilitada por Renfe de la estación de Chamartín.EFE

La Comisión Nacional de la Competencia tiene dudas sobre la efectividad de la liberalización ferroviaria puesta en marcha por el Gobierno, que adelanta a julio de 2013 la apertura del transporte de pasajeros a la competencia y prevé trocear Renfe en cuatro empresas. En un informe publicado este jueves, el organismo advierte de que Renfe mantiene una serie de ventajas que harán complicado que otras empresas puedan competir con el operador dominante.

La liberalización, justificada por el Ministerio de Fomento por los problemas económicos y la elevada deuda conjunta de Renfe, Adif (gestor de las vías y las estaciones) y Feve (20.730 millones de euros), supone la mayor transformación que ha vivido el sector. Renfe se dividirá en cuatro empresas, especializadas en el tráfico de pasajeros, mercancías, mantenimiento de trenes y material rodante de la compañía. El proceso deberá concluirse antes de julio de 2013, cuando entre en vigor la liberalización (un año antes de lo previsto en la UE). Además, el Gobierno no descarta abrir Renfe al capital privado.

El contenido de la reforma es, en determinados aspectos cruciales, claramente indeterminado

"El contenido de la reforma es, en determinados aspectos cruciales para el futuro funcionamiento de estos mercados, claramente indeterminado", señala la Comisión Nacional de la Competencia. "Tampoco aborda otros elementos regulatorios de calado para la introducción de competencia y que la liberalización sean efectivas", añade. Y pone como ejemplo que no se eliminan las ventajas de Renfe sobre los demás operadores por ser operador incumbente. "Seguirá manteniendo el derecho a explotar la capacidad de red que utilice efectivamente en el momento en que tal liberalización tenga lugar", destacan las autoridades de la competencia. Es decir, Renfe no tendrá que dejar espacio para sus rivales.

Por la importancia de estos cambios, la Comisión Nacional de la Competencia critica que el Gobierno haya elegido tramitarlos a través de un real decreto ley. "Como viene siendo crecientemente recurrente, de nuevo se somete una reforma legislativa de manera expeditiva y parcial sobre un sector cuya regulación necesita una profunda revisión que haga verdaderamente posible la potenciación de la competencia efectiva", señala el organismo en el documento.

Las autoridades de la Competencia creen positiva la separación de Renfe en cuatro empresas. Es más, piden que se vaya más allá en lo fijado en el real decreto y se establezca que la independencia entre cada una de las sociedades no sea "meramente formal y jurídica", sino también "a nivel contable y funcional". "En particular, debería garantizarse la absoluta independencia funcional, jurídica y contable de las unidades de fabricación y mantenimiento y de arrendamiento de material rodante", añade el informe, que cree que todos estos elementos deberían "explicitarse en el texto" del real decreto.

La división de Renfe en cuatro empresas debería ser también "a nivel contable y funcional"

Competencia también cree que sería bueno "la entrada de socios privados con capacidad de decisión operativa, con la participación en el capital que se considere".

La deuda no es el único lastre que arrastra el sector. El funcionamiento de la red cuesta anualmente a los contribuyentes 2.500 millones, 52 servicios de media distancia son considerados ineficientes y las pérdidas de Renfe se han disparado en 2011 hasta los 335 millones, frente a los 19,8 millones del año anterior, según Fomento, por el deterioro de las participaciones financieras de sus sociedades.

Lo que para el Gobierno es la única forma de garantizar la viabilidad del transporte público de ferrocarril, para los trabajadores supone un duro golpe para el sector que puede costar 10.000 empleos (en el conjunto de Renfe, Adif y Feve trabajan casi 30.000 personas). Las organizaciones sindicales, que ya han convocado huelgas y seguirán haciéndolo en septiembre, advierten de que el servicio será peor, las tarifas subirán, la calidad caerá y habrá un mayor riesgo de accidentes.

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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