La inflación registra su mayor alza en año y medio por los carburantes
La escalada del IPC en agosto, hasta el 2,7%, arroja nuevas dudas sobre la economía
La economía española se enfrenta ahora a un problema más: la inflación. Los carburantes, en máximos históricos, han impulsado el Índice de Precios de Consumo (IPC) hasta el 2,7% en agosto, lo que supone un incremento de cinco décimas respecto a julio. Se trata del mayor aumento desde diciembre de 2010 y sitúa la inflación a niveles de noviembre pasado, según avanzó este jueves el Instituto Nacional de Estadística. La combinación de recesión, altos precios y salarios a la baja supone un duro golpe para el bolsillo de los ciudadanos, que además se enfrentan a partir de mañana a una subida masiva del IVA.
Tras alcanzar su pico a mediados de 2011, la inflación se había ido relajando. Llegó a estar por debajo del 2% (1,9%) durante tres meses en 2012, un respiro para una economía atrapada en su segunda recesión en tres años y a un paso del rescate. Pero la tendencia dio un giro en julio por la introducción del copago farmacéutico, que obliga a millones de usuarios del sistema público de salud a pagar parte de los medicamentos. Y en agosto los principales causantes han sido los carburantes: desde julio, el precio del litro de gasolina se ha encarecido más de un 12%, mientras que el de gasóleo es un 8,56% más caro.
La subida de precios en una economía anímica puede tener un efecto devastador en el poder adquisitivo de los ciudadanos. “La combinación de la subida de los carburantes y de los precios a través del IVA no es el mejor escenario para el consumo”, afirma Sara Baliña, de Analistas Financieros Internacionales (AFI). El consumo de los hogares lleva meses a la baja (en el segundo trimestre cayó un 1%, uno de sus mayores retrocesos) y es uno de los causantes de que la recesión se agravara en el segundo trimestre del año, con una caída del producto interior bruto del 0,4% (se trata del cuarto trimestre en negativo). Los expertos de AFI calculan que el consumo cerrará el año con un descenso del 2% y la renta disponible se retraerá un 4%.
El IPC armonizado sube también cinco décimas, hasta el 2,7%, con respecto al mes de julio
Hay que tener en cuenta que no solo suben los carburantes y el IVA, sino que ya ha habido alzas en los peajes de las autopistas, de las tasas universitarias y de otras tasas, como las de las escuelas infantiles. Aunque no tenga efecto en los precios pero sí en los bolsillos, el IRPF también ha subido. Los expertos calculan que, tras el incremento del tipo general del IVA del 18% al 21% y del reducido del 8% al 10%, la inflación terminará el año entre el 3% y el 3,5%. El impacto en el IPC podría oscilar entre las ocho décimas y el punto.
El precio del litro de gasolina rompió el pasado mes la barrera de 1,5 euros
La expectativa de precios más altos y una economía que, según las previsiones del Gobierno, se contraerá un 1,5% este año, vuelve a avivar el fantasma de la estanflación (inflación elevada junto a recesión persistente). “No hay un punto exacto en el que se diga que hay estanflación, como sucede con la recesión, definida como dos trimestres consecutivos de caídas del PIB”, explica Baliña. La experta recuerda que la tasa anual de la inflación subyacente (no tiene en cuenta elementos volátiles como la energía y los alimentos) todavía se mantiene controlada en el 1,4%, según el último dato disponible, el de julio.
La estanflación puede crear más paro y más crisis, además de erosionar la competitividad de las empresas, aunque de momento el diferencial de IPC de España y el de la zona euro es limitado (se situó en el 2,4% de media en los países que comparten la moneda única en julio, el último dato).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.