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La guerra de las aplicaciones

Los servicios financieros en móviles y tabletas viven un ‘boom’

Miguel Ángel García Vega
Cliente utilizando los servicios bancarios con una tableta.
Cliente utilizando los servicios bancarios con una tableta.

Los amigos, en el móvil. Los juegos, en el móvil. La compra, en el móvil. La Bolsa, en el móvil. El banco, en el móvil… La vida, en el móvil. Hace un par de años decidimos (o decidieron) que en los smartphones (teléfonos inteligentes) y en otros dispositivos similares cabía la vida entera. Y en estos días, nuestra existencia es (para lo bueno y lo malo) sobre todo financiera. Por eso tiene todo el sentido que bancos, cajas de ahorros, aseguradoras o agencias de Bolsa se hayan lanzado con intensidad a generar o comprar aplicaciones (apps,en su abreviatura más conocida) orientadas a las finanzas, sobre todo personales.

Desde luego, en España, que es un país, como las plantas, de exterior, o sea, de salir, de vivir en la calle, de movilidad, las aplicaciones se sienten muy cómodas. De hecho, un reciente trabajo de Madvertise —una firma especializada en publicidad para dispositivos móviles— evidencia que el 41% de los usuarios de Internet móvil recurre a las apps para acceder a la Red. Un caballo de Troya por el que introducir una gran oferta de servicios financieros.

Tanto es así que los analistas cuentan que ya estamos en la segunda generación de estas aplicaciones. El consumidor ya no se conforma con replicar las mismas funciones que tiene la web de su banco o caja. Quiere más. “Ofrecer servicios financieros es el mínimo. El futuro es aprovechar todas las posibilidades que en sí tiene el propio dispositivo móvil y combinarlas”, reflexiona Benjamí Puigdevall, director general de e-laCaixa. Este experto cree que ese tiempo nuevo que se dibuja camina por la personalización de las aplicaciones, el geoposicionamiento —para dar servicios de mayor proximidad— y los pagos asociados a la movilidad. Lo sostiene desde su experiencia. Unos cuatro millones de descargas en dos años, 65 aplicaciones (casi todas financieras) disponibles en La Caixa y algunos “éxitos”. Por ejemplo, una aplicación que te permite imprimir una tarjeta de crédito e incorporar cualquier foto hecha por el cliente.

El cliente no se conforma con que se repliquen los servicios de las webs

Pero junto a esas cifras también surgen algunas singularidades que definen este nuevo mercado. En la Apple Store hay más de 650.000 aplicaciones, que son el origen, nada menos, de 30.000 millones de descargas. Pero los usuarios financieros —aunque sea por escasa diferencia— escogen antes Android (Google Play) que Apple. Un estudio de la consultora The Data Republic narra que las apps financieras de Android están mejor valoradas que las de iPhone. “La práctica nos dice que los usuarios de la plataforma de Google aprecian más los aspectos técnicos, mientras que los de iPhone, los funcionales”, dice Nicolás Moya, director de innovación de Bankinter.

De hecho, el banco de la familia Botín ha abierto senda en este cambiante mundo de las aplicaciones. “En el futuro usaremos la Apple Store para vender directamente servicios. Por ejemplo, seguros de viajes. Podría irme, pongamos por caso, de vacaciones a Estados Unidos durante 20 días y por solo cinco o seis euros descargarme un seguro desde la tienda”, desgrana Nicolás Moya. Y es que en las apps, una vez gastadas las balas de la información y la consulta, el negocio reside en la contratación (compra y venta de activos).

Hay que tener presente que “el margen de las entidades está en la sofisticación: cuanto más complejos sean los servicios que ofrecen, más pueden cobrar por ellos”, recuerda Borja Foncillas, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI), quien ha desarrollado apps pensando en bancos y aseguradoras. En concreto, para el BBVA, y para el iPhone, ha diseñado una herramienta que calcula el salario, y otra, dirigida a iPad, que analiza si es mejor alquilar o comprar una casa.

Estas dos apps revelan que las entidades intentan seducir a sus clientes con propuestas útiles y que estén muy próximas a lo que ellas interpretan como sus necesidades. CatalunyaCaixa acumula desde enero pasado 40.500 descargas en Google Play y 43.800 en Apple Store, gracias a su CXmobi. Una aplicación gratuita que efectúa transacciones bancarias. “El futuro”, prevé Ignasi Martín, director de banca electrónica de CatalunyaCaixa, “discurre por apostar por el mundo de los pequeños pagos a través del móvil”. Pero no es un camino único. Dentro de poco tiempo, la caja catalana lanzará un broker móvil, transferencias de efectivo, una solución de confirming y una herramienta para comercializar su cartera inmobiliaria. Todo bajo la receta apps.

La Caixa y BBVA son las entidades con mayor oferta de aplicaciones

Aunque si existe una fórmula común en este mundo tan cambiante, es la que relaciona dos efes: funcionalidades y fidelidad. Cuanta más vinculación tiene el usuario con el banco, mayores posibilidades ofrecen las aplicaciones. Ibercaja (tiene cuatro apps) permite al cliente de la entidad acceder a través de ellas a la banca online y “efectuar la misma operativa financiera que en el PC”, según Carlos Fuentes, responsable de esta área en la caja.

Por su parte, un peso pesado financiero, como es el Banco Santander, también dispone de aplicaciones que hacen posible la operativa básica, desde la consulta de saldos hasta la compra y venta de valores. Eso sí, no tiene todavía aplicaciones para BlackBerry ni para Windows Phone. De hecho, BBVA y la Caixa son —de acuerdo con The Data Republic— las únicas entidades “grandes” que tienen hoy por hoy en el mercado apps para las principales plataformas existentes (iPhone, iPad, Android, BlackBerry y WindowsPhone). En concreto, el BBVA tiene 40 aplicaciones en todo el mundo, que suman más de un millón y medio de descargas. La más descargada es BBVA Móvil España (banca móvil), con 523.368 descargas en el primer trimestre de este año.

Otro gigante del que se espera su llegada a las aplicaciones en España es Citi. De momento las tiene disponibles en Polonia, Hungría, Rumanía, Rusia, Bahréin, Turquía, la República Checa y los Emiratos Árabes. Además están preparando “una aplicación para tabletas que estará disponible en algunos mercados a finales de este ejercicio o comienzos del próximo”, apuntan sin más detalles fuentes de la entidad.

Hay prisas, hay ganas y hay bastante interés en este recién descubierto negocio, porque las apps disfrutan de mucha aceptación entre sus usuarios (cuya edad oscila entre los 25 años y los 45 años), incluso en mercados como los bursátiles, que tan mal lo están pasando. Infobolsa estrenó su aplicación el 16 de julio pasado, y en apenas diez días alcanzó —aseguran— más de 7.000 descargas en iPad e iPhone. La aplicación efectúa un seguimiento de los mercados en diferido y en tiempo real (para clientes). Esta funcionalidad también la tiene la app de la agencia de valores Norbolsa, que en agosto sumó 75.000 descargas, repartidas al 50% entre Apple y Google. Además, con una estructura que se repite en este mundo. “La programación es nuestra, pero el diseño lo subcontratamos”, comenta su director de sistemas, Iñaki Varela.

También un competidor suyo, Renta 4, se ha lanzado a este coso. Lo ha hecho con una aplicación para iPhone a la que pronto esperan incorporar la opción de compra y venta de activos (Bolsa nacional, internacional y derivados), pues “técnicamente su programación resulta muy compleja”, reconoce María Alonso, responsable de marketing de la agencia bursátil.

Y en esa linde entre la complejidad y lo financiero es donde tienen las aseguradoras su patio de recreo. La estrategia de Mutua Madrileña, por ahora, es que sus apps repliquen las funciones de la página web. Aunque “no parece muy claro que nos vayan a traer más pólizas que nuestra web”, señala con sinceridad Rafael Arnedo, director de sistemas de información de la aseguradora. Y precisa: “Se están usando sobre todo para informarse, y confiamos en su potencial”. Mientras, En Ruta, la aplicación de un competidor, Línea Directa Aseguradora, lleva 26.000 descargas en un año. Dirigida a automovilistas, permite localizar el coche, rellenar partes, encontrar el vehículo en un aparcamiento y cuenta “con la función que más éxito ha tenido”, reconoce Francisco Valencia, director de gobierno corporativo: “la linterna”.

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Sobre la firma

Miguel Ángel García Vega
Lleva unos 25 años escribiendo en EL PAÍS, actualmente para Cultura, Negocios, El País Semanal, Retina, Suplementos Especiales e Ideas. Sus textos han sido republicados por La Nación (Argentina), La Tercera (Chile) o Le Monde (Francia). Ha recibido, entre otros, los premios AECOC, Accenture, Antonio Moreno Espejo (CNMV) y Ciudad de Badajoz.

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