El sector privado español deberá purgar medio billón de euros en una década
Un informe de EuropeG señala que el desapalancamiento "será duro y doloroso" Los autores reclaman también reducir los costes laborales para mejorar la competitividad
La economía española tiene muchos problemas. Pero hay uno que lastra especialmente su competitividad: el gran apalancamiento de su sector privado. Su exceso de crédito supera el medio billón de euros si se compara con el resto de Estados miembros de la zona euro, con lo que ahora ha llegado el momento de la purga, "un proceso que será costoso, duro y largo", ha sentenciado el Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Baracelona, Josep Oliver.
Las cifras surgen del informe elaborado por el grupo EuropeG, que integran entre otros el exconsejero de la Generalitat Antoni Castells, el economista Manuel Castells o el propio Oliver. Según sus datos, en ese proceso de desapalancamiento, para sacarse de encima un tercio total de la deuda, la banca, el sector constructor e inmobiliario y las familias deberán prolongar un duro camino de de entre diez y quince años.
Las entidades financieras, con la provisión de créditos como pérdidas, es el que con más claridad ha iniciado ese camino, lo mismo que el sector inmobiliario, que ha iniciado la venta de activos a bajo precio. Las mayores dudas recaen sobre las familias, que deberán reducir 300.000 millones de euros y lo tendrán que hacer gota a gota, por la vía de no obtener más financiación crediticia en los próximos años, como ya está sucediendo.
El estudio es claro al respecto: "Es necesario asumir que hace falta hacerlo, canalizarlo adecuadamente y adoptar las medidas paliativas necesarias". Y sobre las prioridades, asegura: "es más urgente reducir primero el endeudamiento privado que el público; no es aconsejable efectuar los dos procesos a la vez con la misma intensidad".
El otro gran problema que detecta el informe es la caída de la productividad en los últimos años, inversamente proporcional al incremento de los costes laborales. Entre 1997 y 2007, España incrementó un 30% su coste laboral unitario respecto a Alemania. En los últimos años, la competitividad ha recuperado un poco el color, pero ha llegado más de la mano de la destrucción de empleo que por la mejora de la productividad española a través de la innovación. En los próximos años, señala el informe, se tendrán que reducir los costes salariales a no ser que encuentre otra fórmula mágica para ganar competitividad.
Si se solventan esos dos grandes problemas, sobreendeudamiento y costes laborales, el equipo que integra EuropeG considera que se podrá mantener al alza el sector exterior, lo que equilibrará la caída de la demanda interna, en numeros rojos desde el inicio de la crisis. Así, evitará una caída mayor de la economía española, que no tiene señales de un repunte del consumo de las administraciones públicas, de la construcción o de las familias.
El grupo admite que la travesía será "doloroso", pero que tendrá que asumirla, al menos "una amplia mayoría social". Para ello, reclaman "sellar un compromiso firme sobre el resultado final" y par que no afecte a las clases más desfavorecidas.
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