El BCE amplía el rango de garantías para seguir financiando a la banca española
El instituto emisor flexibiliza sus criterios tras la rebaja a las calificaciones crediticias del sector
Este viernes han llegado buenas noticias para la banca española desde Fráncfort, donde está la sede del Banco Central Europeo (BCE), aunque no ha sido la solución mágica para ayudar a superar la crisis que ha reclamado a coro durante las últimas semanas el Gobierno de Mariano Rajoy. Así, si ayer el jefe del Ejecutivo pedía liquidez para el sector financiero, el BCE se lo ha concedido al flexibilizar aun más las garantías que exige a las entidades para prestar su dinero. Sin embargo, de volver a salir al mercado a comprar deuda de los países bajo presión tal y como también le reclama el presidente, nada. La noticia, en cualquier caso, ha sido bien recibida en la Bolsa, donde ha impulsado al sector financiero español a fuertes ganancias.
Según argumenta el organismo presidido por Mario Draghi, el motivo de esta decisión es "mejorar el acceso del sector bancario a las operaciones del Eurosistema con el fin de apoyar más la provisión de crédito de los hogares y las empresas". Por este motivo, a partir de ahora aceptará prácticamente todo el crédito que no esté en impago ni en riesgo de caer en moroso a cambio de prestar su dinero. Gracias a esta política del BCE, entre los créditos que ya están en garantía en las arcas del instituto emisor en su sede de Fráncfort reposa el que el Real Madrid pidió para fichar a Cristiano Ronaldo y Kaká.
Por tanto, si hasta ahora aceptaba bonos de titulización hipotecaria con una calificación mínima de A, el equivalente a un notable alto, ahora baja el listón y también admitirá los créditos respaldados por una vivienda que tengan un rating de BBB, considerado como un bien a secas. La entidad aplicará un recorte del valor del 32% a estos bonos.
Según recuerda a Efe el analista de Commerzbank Michael Schubert, los bancos españoles tienen en sus balances gran cantidad de estos bonos, por lo que la decisión debería ayudarles a financiarse mientras sigue cerrado el acceso al mercado interbancario. De hecho, ante el cierre de este mercado por la desconfianza que pesa sobre el conjunto del sector y del conjunto del Estado, las entidades se han vuelto adictas a la liquidez del BCE, que se ha convertido en su única vía de acceso al dinero.
No obstante, la medida también está condicionada por la reciente rebaja de calificaciones que ha sufrido la banca española, un tijeretazo que ha respondido a la devaluación de la nota de solvencia del conjunto del país. En este sentido, si el BCE no hubiera decidido ampliar los márgenes para prestar su dinero habría dejado en serias dificultades a un buen número de las entidades españolas.
Junto a los créditos hipotecarios sobre vivienda de las familias, el BCE también va a aceptar como garantía en sus operaciones de refinanciación un mayor rango de bonos respaldados por créditos de consumo, como los que se firman para la compra de un automóvil y préstamos a pymes. A este tipo de avales con calificación mínima de A aplicará un recorte de valor del 16%. Por su parte si son BBB, el recorte será del 26%. En este apartado también admitirá bonos titulizados de leasing e hipotecas de propiedades comerciales con esta calificación.
Con esta medida, el BCE da otro apoyo a la banca para asegurar que el crédito llega a las familias. Para ello, también puso en marcha la barra libre de liquidez que regó al sector con un billón de euros en créditos baratos a tres años. Aunque no está claro que este dinero haya llegado realmente a la economía real en lugar de permanecer en poder de las entidades para cubrir sus propios vencimientos de deuda.
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