Chipre admite que puede necesitar un rescate europeo para salvar a su banca
La exposición de las entidades a la deuda griega hace muy difícil su recapitalización
La exposición de los bancos chipriotas a la deuda griega ha puesto a las entidades de la isla al borde del rescate. El Gobierno de Nicosia reconoció este martes que existe “una posibilidad real” de que Chipre necesite un plan de salvamento de la Unión Europea para su sistema bancario. El Ejecutivo había admitido con anterioridad los problemas de dos de sus bancos, el Laiki Bank (Banco Popular de Chipre, BPC) y, en menor medida, el Banco de Chipre, pero esperaba remediarlos mediante una recapitalización privada. Entre otras posibilidades, se baraja un préstamo de China, una opción que, según fuentes europeas en la isla citadas por el semanario Kathimerini, no suscita mucho entusiasmo en Bruselas.
“La aplicación de un mecanismo financiero y de estabilidad para ayudar al sistema bancario, por problemas ligados a una exposición excesiva de los bancos a Grecia, es una posibilidad real”, declaró el martes el portavoz adjunto del Gobierno, Jristos Jristofidis. Al comunicado se adelantó el lunes el nuevo gobernador del Banco Central chipriota, Panicos Dimitriadis, al confesar al diario Financial Times que no descarta un rescate para paliar el agujero de su banca.
El 18 de mayo, el Ejecutivo se comprometió a inyectar 1.800 millones de euros (el 10% del PIB) en el BPC si la entidad, la segunda más grande del país, no podía recaudarlos de forma privada. El déficit de capital del BPC quedó de manifiesto en diciembre, tras las pruebas de resistencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, en sus siglas inglesas), que determinó el plazo de fines de junio para lograr 2.000 millones de euros. El BPC tiene actualmente una capitalización de mercado de 210 millones. La posibilidad de una intervención del Estado en el caso del BPC no se plantea: los 1.800 millones necesarios dispararían la deuda chipriota del 72% actual al 82% del PIB. El Banco de Chipre tiene menos problemas, pues solo necesita 200 millones para cumplir con los objetivos del EBA de 1.600 millones.
En una economía en recesión, que se mantiene a flote gracias a un préstamo de 2.500 millones de euros de la Federación Rusa —importante socio comercial de Nicosia—, fuentes del Ministerio de Economía reconocían en abril a EL PAÍS la debilidad del sector. “El sector bancario es muy grande para el tamaño del país [1,1 millones de habitantes]. Tres entidades están expuestas a los bonos griegos, y una de ellas, el Laiki Bank, es muy problemática. Pero ningún banco va a quebrar".
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