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Banesto renuncia a reclamar más dinero a Conde 20 años después de la crisis

El banco dice que los costes de reclamación son mayores que los ingresos que podrían obtener La entidad tuvo un agujero patrimonial de 3.636 millones de euros La intervención de Banesto en 1993 supuso un coste a la entidad de 1.919 millones de euros

Íñigo de Barrón

Fue una quiebra sonada, la más relevante hasta la llegada de Bankia. Según los datos de la entidad, la intervención de Banesto en diciembre de 1993, supuso un coste para la entidad de 1.919 millones de euros en saneamientos de los activos dañados que se pagaron con los recursos propios. Además, el Fondo de Garantía de Depósitos de los bancos asumió una pérdida de unos 600 millones de euros más. En total, unos 2.520 millones. La intervención del Banco de España puso de manifiesto que el banco contaba con un agujero patrimonial de 3.636 millones de euros, fruto de la mala gestión de Mario Conde y su equipo.

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1994: Texto íntegro de la exposición de Mario Conde ante los medios informativos tras la intervención
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Casi dos décadas después de la intervención de Banesto por la quiebra de la entidad, la próxima junta de accionistas, que tendrá lugar el próximo 6 de julio, decidirá dar carpetazo a las reclamaciones económicas contra el expresidente Mario Conde y su equipo. La junta, controlada por el Santander ya que posee más del 90% de las acciones, cerrará así el más renombrado capítulo de su historia al renunciar a la acción civil de responsabilidad.

El actual equipo directivo del banco considera que, una vez celebrados y concluidos los procesos penales contra Conde y sus colaboradores, algunos de los cuales cumplieron pena de cárcel, ya no tiene sentido mantener abierta esta opción porque los costes de los litigios serían más altos que lo que se pudiera recaudar.

Banesto había protagonizado el que era hasta hace poco el rescate financiero más importante de la historia financiera española, tras ser intervenido por el Banco de España en diciembre de 1993. La operación puso de manifiesto que el banco contaba con un agujero patrimonial de 3.636 millones de euros, fruto de la mala gestión de Mario Conde y su equipo.

En la primera junta celebrada tras la intervención, el 26 de marzo de 1994, los accionistas decidieron aprobar la llamada "acción social de responsabilidad" contra los antiguos administradores. La intención era iniciar las acciones legales que considerasen pertinentes para declararles responsables solidarios del daño causado a Banesto. De hecho se les exigía no sólo que reintegrasen la totalidad del agujero, sino también los 120.202 euros de sanción que el Ministerio de Hacienda había impuesto a la entidad. Además de la renuncia a esta iniciativa legal, el banco someterá a la junta de accionistas de julio otros puntos, como la ratificación del nombramiento del nuevo consejero delegado, Javier San Félix, y la nueva política de dividendos, que incluirá la posibilidad del pago con acciones.

Otras modificaciones de los estatutos que se someterán a la aprobación de la junta afectarán a la remuneración de los consejeros, que ya no será variable, sino fija. En 2011 Banesto ganó 125 millones por lo que parece que 1,25 millones es insuficiente para pagar a todos los consejeros. También se elimina el reparto entre los consejeros del 1% del beneficio de la entidad.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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