José María Knörr, el empresario que desafió a Coca-Cola
Dejó un legado impresionante de dignidad en el trabajo, de esfuerzo personal y de lealtad con su familia y amigos
Trabajador, prudente, y constante, el empresario vitoriano José María Knörr (1916), fallecido ayer, fue el creador junto a su esposa de la marca de refrescos KAS, ha sido, es, y ahora ya será para siempre un ejemplo de esfuerzo para las nuevas generaciones de alaveses, vascos y españoles. Ahora que ha fallecido es muy fácil hablar bien de su figura. Quienes le conocimos se lo decíamos en vida.
A sus 95 años ha dejado un legado impresionante de dignidad en el trabajo, de esfuerzo personal y de lealtad con su familia y amigos.
En estos años en los que la cultura de lo rápido, de hacer dinero deprisa y de la economía no productiva han sido los mimbres de una de las mayores crisis económicas, José María ha sido el representante de todo lo contrario.
Él fue el prototipo del empresario que llega a lo más alto a base de esfuerzo, a base de mimar su producto, de innovar y de cuidar a sus trabajadores, siendo además permeable y retribuyendo con parte de sus beneficios a la sociedad en la que vive.
Knörr heredó de su familia una fábrica de bebidas llamada La Sucursal y decidió dar continuidad a la tradición. Su abuelo, maestro cervecero bávaro, se asentó en Vitoria en 1870 huyendo de la guerra franco-prusiana y puso la primera piedra de una empresa que se convirtió en el refresco referente de todo el norte de España.
José María hizo evolucionar la firma y puso en el mercado a mediados del siglo pasado un zumo de naranja denominado el As, al que poco después añadió la K de su apellido. Había nacido KAS, un refresco de éxito que ahora está en manos del gigante Pepsi.
Pero es que, además, consiguió todo eso a base de esfuerzo, de prudencia, de horas y horas de trabajo. Era un hombre poco dado a saraos, a la popularidad. Prefería su oficina y su familia que los actos públicos y promocionales. La fama le llegó por lo que hizo no por lo que decían que hizo.
Creo que en honor a ese espíritu de trabajo, y a su aportación a Álava, a Euskadi, y al resto de España, se merece ser recordado como un modelo de empresario de los que trascienden la época en la que les toca vivir.
Hay que recordar que KAS fue el refresco líder en el norte de España, por encima de Fanta, la bebida de Coca-Cola, y patrocinó uno de los mejores equipos ciclistas, el KAS, que reunió a numerosas figuras legendarias de este deporte, que van desde José Antonio González Linares a Julio Jiménez, pasando por directores emblemáticos como Dalmacio Langarica o Antón Barrutia.
José María organizó una legendaria llegada del Tour de Francia a Vitoria en 1977, al polígono donde KAS tenía su fábrica. Muchos vitorianos aún recordamos aquella llegada, ganada precisamente por un corredor del KAS, Nazábal, en un Tour que pasó a la historia porque fue el de la retirada del ciclista que dominó su época, el belga Eddy Merckx. José María nos ganó a todos los vitorianos y a todos los alaveses con su manera de ser y de trabajar. Su huella permanecerá en nuestras memorias.
Javier Rojo fue presidente del Senado y del PSE de Álava.
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