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S&P advierte del riesgo de otra ‘tormenta perfecta’ en los mercados de crédito

Las necesidades de las empresas hasta 2016 alcanzan los 46 millones de dólares Las sociedades tendrán que buscar financiación en plena crisis de deuda y ajuste financiero

Álvaro Romero
Un operador de Bolsa en Wall Street.
Un operador de Bolsa en Wall Street.Richard Drew (AP)

El ingente volumen de dinero que las empresas de las grandes potencias necesitan para pagar sus deuda y mantener la máquina en marcha durante los próximo cinco años amenaza con provocar una nueva tormenta perfecta en la economía mundial, según ha advertido la agencia Standard & Poor’s. Según recoge en el primero de una serie de informes sobre la deuda corporativa, la agencia calcula que la cifra puede llegar a los 46 billones de dólares entre vencimientos y nueva financiación de aquí a 2016. Del total, unos 30 billones son deuda pendiente de devolver, de la que más de la mitad está en empresas de Europa y EE UU; y el resto, entre 13 y 16 billones, corresponde a las necesidades de financiación que tendrán las sociedades de todos estos países para seguir realizando inversiones y poder crecer.

Sin embargo, el escenario que les espera no es el más propicio. Primero, las empresas tendrán que salir al mercado en pleno proceso de limpieza y saneamiento del sector financiero y, segundo, coincide con un periodo en el que se espera un aumento de la aversión al riesgo por parte de los inversores. Junto a ello hay que tener en cuenta el marco de crisis de deuda que se vive en la eurozona, la lenta recuperación de la economía de EE UU y el frenazo de China para encender las luces de alarma.

La conjunción de factores de riesgo es el que lleva a S&P a advertir de la posibilidad de que se genere una nueva tormenta perfecta en los mercados de crédito. En 2008, este fenómeno dejó al sistema financiero al borde del colapso tras la quiebra de Lehman Brothers y arrastró a la economía internacional a la peor recesión desde la Gran Depresión.

Las autoridades tienen que encontrar un camino en el campo de minas que nos espera”

Sin embargo, la agencia sostiene que, pese a sus advenedizas previsiones, el escenario base que manejan es que los bancos y los mercados de deuda corporativa tiene margen suficiente como para aportar la mayor parte de los fondos.

Pero el equilibrio es frágil, añade, “por lo que las incertidumbres que ya existen o las que puedan aparecer en un futuro amenazan con hacer descarrilar el proceso”. En un escenario de tormenta perfecta, señalan, un amplio número de prestatarios, los más endeudados, podrían ver en peligro su financiación. “Dependerá mucho de la capacidad de los supervisores bancarios de encontrar un camino en el campo de minas que hay por delante”, describe S&P antes de recordar que han sido precisamente las medidas extraordinarias de los supervisores y reguladores financieros como el BCE, la Reserva Federal de EE UU, el Banco de Japón o sus homólogos de Reino Unido y China los que han sostenido el mercado de la deuda privada en los últimos años.

Sin salir del apartado de los riesgos, el informe concreta que los principales focos de tensión surgen de la posibilidad de un recrudecimiento de las políticas de austeridad en Europa, de una escalada de los precios de las materias primas o de un frenazo más intenso de lo previsto en China.

Pocas reservas en el arsenal

Además, S&P advierte de que las instituciones no están en la misma situación que hace cuatro años para hacer frente a una nueva tormenta perfecta. Los países ya han gastado demasiado y su arsenal presupuestario está para pocas alegrías, léase prioridad de reducir el déficit y austeridad. Mientras los bancos centrales están pensando más en la estrategia para retirar sus medidas no convencionales que en lo contrario.

Por economías, las empresas chinas son las que necesitarán mayores cantidades de financiación con hasta 9.700 millones porque su economía es la que tendrá un ritmo de expansión más rápido con un avance esperado del 12% durante los próximos cinco años. A continuación se sitúan las estadounidenses, con 3.000 millones y un crecimiento previsto del 4% mientras, las sociedades de la eurozona tendrán que salir a buscar hasta 1.900 millones en nueva financiación. El PIB de la Unión Monetaria, según S&P, crecerá un 3% hasta 2016.

Pero esta recuperación, ya de por si débil, según señala el informe, podría verse lastrada en caso de que no se logren los objetivos de financiación.

En cuanto a la deuda pendiente de devolver, son las empresas de EE UU las que deberán afrontar los mayores vencimientos entre 2012 y 2016, aunque por poco. Así, frente a los 11.515 millones de deuda de las primeras, las de la eurozona, que a diferencia de las estadounidenses acuden directamente a la banca para financiarse y recurren menos a la emisión de bonos, tienen un pasivo de 11.400 millones. También las empresas asiáticas son más dependientes de los bancos para captar fondos y, en el caso de las chinas, buena parte de su financiación parte directamente del Estado. De cualquier modo, las tasas de crecimiento previstas les proporcionan algo de ventaja frente a las sociedades de los países occidentales.

El reto de la nueva regulación

La dependencia a la ventanilla de financiación de la banca tiene especial incidencia para las empresas de la eurozona, ya que pueden verse más afectadas por la puesta en marcha antes que en el resto de los requisitos regulatorios de Basilea III. Las nuevas exigencias para el sector financiero reducirán los márgenes de las entidades para prestar dinero, hacerlos más cautelosos o encarecer la financiación, adelanta S&P. Si en el caso de las europeas el riesgo de restricción al crédito es alto, para las de EE UU es intermedio y bajo para el resto.

Por este motivo, la agencia apuesta por reforzar el recurso a la emisión de bonos por parte de las empresas. Así, aboga por incrementar el uso de esta vía de financiación del 15% actual al 50%, lo que supondría captar entre 210.000 y 260.000 millones en deuda corporativa sin tener que pedir prestado al sector financiero. Sin embargo, la propia S&P recuerda que durante la pasada década solo logró emitir más de 100.000 millones en este mercado durante dos años. Y eso con ayuda de las medidas no convencionales de liquidez que ha puesto en marcha el BCE. El reto está servido.

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Sobre la firma

Álvaro Romero
Redactor del equipo de Redes Sociales y Desarrollo de Audiencias en EL PAÍS. Es licenciado en periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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