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Irlanda: todo para los bancos

Las entidades han recibido dinero público por importe de casi 50.000 millones de euros La deuda se disparó hasta forzar el rescate del país por el FMI y la UE

Claudi Pérez

Irlanda es tal vez el caso de nacionalización más vergonzante del sistema bancario: el Estado gastó lo que no tenía en sus grandes entidades sin prácticamente ejercer derechos políticos en ellos. Muchas veces, sin siquiera cambiar a sus equipos ejecutivos. Irlanda venía de 15 años impresionantes: las fuertes ayudas de los fondos de la Unión Europea (UE), el régimen fiscal ventajoso para las multinacionales -y las empresas en general- y la rápida terciarización de la economía promovieron un crecimiento vertiginoso y admirado: entre 1990 y 2007, el PIB creció un promedio anual del 6,3%.

¿Qué le sucedió al tigre celta? El boom irlandés se sustentó sobre una burbuja inmobiliaria impresionante y un sector financiero hipertrofiado, que llegó a representar ocho veces el PIB del país. Cuando la crisis de Lehman Brothers estranguló los mercados financieros internacionales, los bancos se secaron y el rápido deterioro de la economía -la explosión de la burbuja- hizo el resto: lo que parecía un problema de liquidez derivó en un problema de solvencia.

Ya en 2009 el Gobierno se vio obligado a nacionalizar los bancos, inyectando casi 7.000 millones de euros en el Anglo Irish Bank y el Irish Nationwide. No fue suficiente e Irlanda decidió crear un banco malo, conocido como NAMA, algo parecido a lo que ahora puede poner en marcha España. Su objetivo era adquirir los préstamos de mayor riesgo de las grandes para limpiar sus balances, a la manera que lo había hecho Suecia en los años noventa. En dos años compró unos 75.000 millones de euros, pero el agujero en el capital de las entidades obligó a una nueva inyección de dinero público: el Estado irlandés ha metido casi 50.000 millones en sus bancos desde el inicio de la crisis. Su déficit y su deuda se dispararon y la crisis fiscal motivó una presión insoportable en los mercados que acabó obligando al país a solicitar el rescate del FMI y la UE. Después de meter dinero público a espuertas, parece que por fin se han asentado las bases para la recuperación, e Irlanda presenta los mejores números de entre los res países rescatados.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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