Guindos prevé fusiones bancarias en España "en los próximos días"

El plan de recuperación que prepara Bruselas con impulso alemán no es una reacción a los depresivos efectos que están provocando las políticas de austeridad. Tampoco un guiño a Francia por si François Hollande descabalga a Nicolas Sarkozy en la segunda vuelta de las elecciones. Por lo menos no para el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, que defiende que, aparentemente, casi todo está calculado en esta crisis: "Llevamos tiempo hablando de crecimiento sostenible. Los esfuerzos por la consolidación fiscal y el crecimiento no representan dos facciones distintas. Si ahora hablamos de crecimiento no se debe interpretar como un cambio de rumbo de Europa".

Al ministro le tocaba defender en Santiago de Compostela, donde participaba en unas jornadas organizadas por la Fundación Konrad Adenauer, el difícil equilibrio entre políticas de estímulo y recortes. Una línea que, en sus palabras, está marcada por Bruselas "desde el principio", en la Estrategia 2020 de desarrollo sostenible de Europa. Pero su discurso, que repetía una y otra vez la palabra "crecimiento", se volvió más difuso al explicar el cómo. Porque reconoció que el margen de maniobra de Europa es limitado, aunque se estudian los mecanismos que actúen de palanca para "impulsar las inversiones", como reforzar el papel del Banco Europeo de Inversiones. De lo contrario, aseguró, no tendrían sentido todos los esfuerzos que ha hecho Grecia.

Sobre España todo fueron elogios. "Tenemos plena confianza en España. Apostamos por España porque necesitamos una España fuerte" y añadió que las reformas son "impresionantes". Lo dijo al lado del ministro de Economía, Luis de Guindos, que pintó este lunes la siguiente estampa: la economía española, un barco sin rumbo, necesitaba un nuevo capitán que girase el timón en la dirección correcta. "Lo importante es tomar medidas a partir de un diagnóstico claro, y a través de esfuerzos de ajuste presupuestario y reformas económicas se está tomando una nueva dirección". Su receta, productividad a la alemana: "Hay que avanzar en competitividad, y en la flexibilidad de los mercados de bienes y servicios".

El viernes, como avanzó este lunes por la mañana la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, se anunciarán privatizaciones que no desveló. "El Gobierno tiene una hoja de ruta clara desde el punto de vista del plan de privatizaciones en el ámbito de las infraestructuras. Son medidas que pretenden hacer más eficiente el sector público y dinamizar el privado abriendo posibilidades de inversión".

Preguntado sobre la reforma financiera, Guindos reconoció que la banca sigue necesitando de más provisiones por la propensión al riesgo inmobiliario, en su opinión "un problema notable". "A partir de ahí, si la valoración de los activos es la correcta, la posibilidad de separar los activos inmobiliarios de los balances bancarios será positivo para las entidades, que podrán liberar capital y dedicarse a su negocio fundamental que es el bancario". Algunas ya han comenzado a vender su cartera de fallidos a fondos de inversión de alto riesgo.

Después de decir que la banca española no recurrirá al fondo de rescate europeo (EFSF) avanzó que, "en los próximos días", se anunciarán "fusiones y adquisiciones". No lo dijo, pero todo apunta a que hablaba de Bankia, que necesita una solución para digerir la pesada factura del mercado inmobiliario.

De los tres bancos controlados por el FROB mencionó que en julio, "como muy tarde", se habrá producido la subasta de Catalunya Caixa y el Banco de Valencia. Novagalicia, fruto de la fusión de Caixanova y Caixa Galicia, tendrá hasta septiembre para buscar inversores. "Por la información que tengo del FROB y del Banco de España hay plena confianza en la gestión de esta entidad", aseguró, en referencia a José María Castellano.

El que fue mano derecha de Amancio Ortega en Inditex intenta cuadrar una solución para eludir la venta en bloque de las acciones del Estado con la entrada de fondos de inversión. Necesita sin embargo el respaldo de Economía a una subasta parcial de la entidad, que seguiría al menos dos años bajo el control público.