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¿Un buscador que va más allá?

Competencia de la UE ultima un pliego de cargos contra Google por abuso de dominio

Sede de Google en Zurich.
Sede de Google en Zurich.ARND WIEGMANN (REUTERS)

“Google controla nuestras vidas”. ¿Una exageración o una realidad de la que no somos plenamente conscientes? El autor del comentario es el responsable de competencia del despacho de abogados Clifford Chance, Thomas Vinje, y se refiere al presunto abuso de dominio del gigante de las búsquedas en Internet. Su bufete representa a algunas de las 13 empresas (no revelan cuáles) que han denunciado la política de la compañía de Mountain View, ya que consideran que influye de forma determinante en el descenso de visitantes y, por tanto, de ingresos en sus páginas web.

 Google establecería un orden interesado en los enlaces que ofrece cuando un internauta realiza una búsqueda, según los denunciantes. Las quejas se basan en que la visibilidad de cualquier empresa varía en función de los intereses de la compañía californiana, que supuestamente manipula los algoritmos en las pesquisas que se efectúan en la Red.

La Comisión Europea de Competencia, encabezada por Joaquín Almunia, estudia la imposición de una multa a la firma estadounidense después de recibir el mayor número de quejas al que nunca se había enfrentado por un caso. Ya han transcurrido 16 meses desde que, el 30 de noviembre de 2010, la Comisión anunciase la puesta en marcha de la investigación. Las previsiones apuntan a que el pliego de cargos previo a una resolución formal es inminente después de que Almunia aclarase hace dos semanas que recibiría “las consideraciones” de los expertos que han estudiado el caso después de Semana Santa. Desde Google prefieren no realizar declaraciones y algunas compañías denunciantes consultadas muestran cautela a la espera de un dictamen.

La Comisión se enfrenta al mayor número de quejas por un caso

Las dudas sobre la neutralidad de las búsquedas —Google podría dar prioridad a sus servicios y a aquellas compañías con las que tiene contratos de publicidad— fueron el germen de la desconfianza de sus competidores directos. “La ordenación de los resultados sirve para maximizar sus ingresos; las empresas rivales no aparecen en la primera página, por lo que se quedan sin escaparate”, asegura Vinje. El abogado de Clifford Chance establece una comparación muy gráfica entre la política que supuestamente realiza Google y el efecto negativo sobre sus competidores: “Es como si abres una tienda en Madrid, pero alguien consigue desplazarla y finalmente tienes el negocio en Toledo”.

Las sospechas van incluso más allá. Las empresas denunciantes desconfían de que los estudios de los usuarios sean tan completos como para poseer datos personales. Fuentes involucradas en el proceso creen que la apertura de un correo en Gmail puede servir para conocer los gustos de los consumidores (mediante la identificación del IP de un determinado ordenador en el que se abre la cuenta) y clasificar resultados en consonancia con sus preferencias.

Aunque los mecanismos de búsqueda son prácticamente inaccesibles, los denunciantes se apoyan en algunas demostraciones objetivas sobre su posicionamiento. Uno de los ejemplos que utilizan en su defensa se observa al introducir en Google las palabras “Paris, France”. El servicio Google Maps aparece en la primera página, siempre en la parte superior, con una imagen destacada. En cambio, su rival ParisMapped no se muestra antes de la octava y la web de Hotmaps no sale hasta la decimotercera, ambas sin fotografías. “Hasta el 40% de los usuarios accede directamente a los mapas del servicio de Google y a las promociones propias que no siempre aparecen señaladas como tales”, explica Miguel Odriozola, especialista de competencia de Clifford Chance en España.

Han transcurrido 16 meses desde la puesta en marcha de la investigación

El buscador de servicios jurídicos francés ejustice.fr, la web de compras italiana Ciao! y el comparador de precios británico Foundem fueron los primeros en alertar a Bruselas sobre el posible abuso. Les siguieron el buscador francés 1plusV (creador de ejustice.fr), Microsoft, el servicio de mapas en línea Hotmaps, la asociación alemana de listados empresariales VfT, la página de deportes holandesa elfvoetbal.nl, la web italiana NNTP.it, la página de diseño virtual Interactive Labs, los sitios de compras dealdujour.pro y Twenga, y la Asociación de Editores de Diarios Españoles. Los comparadores de precios de viajes Expedia y Tripadvisor se unieron a la queja al final, aunque puede que no se incluyan sus peticiones en el primer pliego de cargos anunciado por Almunia. La autoridad alemana de competencia, la BKA, también ha pasado a la Comisión Europea las quejas que le habían presentado las asociaciones editoras de diarios y revistas del país y la web Euro Cities.

Estas compañías asisten con estupefacción al continuo crecimiento del gigante de San Francisco. En Estados Unidos acapara el 75% del mercado, mientras que las cifras ascienden en Europa al 90% y hasta el 95% en el servicio vía móvil. La Organización de Consumidores Europea también ha mostrado su preocupación. En un comunicado enviado a finales de marzo pide a Almunia que ejercite “su poder para sancionar a las compañías dominantes que abusan de su posición en detrimento del bienestar del usuario”.

La Comisión Europea se encuentra ante una difícil encrucijada. Vinje advierte que “Google es una caja negra y es complicado penetrar en su política, ya que los resultados que ofrece son visibles, pero no el camino por el que llega a ellos”. Almunia se enfrenta al caso más importante en materia de competencia de Europa en el sector de la tecnología de la información.

IBM y Microsoft fueron primero

El caso de Google no es el primero de gran envergadura al que se enfrenta la Comisión Europea de Competencia en el ámbito de la tecnología informativa. IBM, en los años ochenta, y Microsoft, durante la pasada década, fueron también vigilados con lupa por la UE por acusaciones de abuso de dominio.

La Comisión Europea hizo público un pliego de cargos contra IBM en 1981, en el que advertía a la compañía de que abandonara “su abusiva posición”. El organismo europeo había iniciado las investigaciones en 1977. La compañía estadounidense controlaba el 70% de las ventas mundiales de sistemas de informática y vendía en Europa más que todas sus competidoras del Viejo Continente juntas. Finalmente, la entonces Comunidad Económica Europea retiró el proceso en 1984 a cambio de que IBM proporcionase a sus rivales información sobre su principal gama de productos y sus variaciones.

Sí llegó a multar a Microsoft por abuso de dominio en 2004. El actual primer ministro italiano y entonces comisario europeo de Competencia, Mario Monti, impuso una sanción de 497 millones de euros a la empresa de Bill Gates por abuso en el mercado de los programas de reproducción de audio y vídeo —fue obligada a incluir más reproductores que el Windows Media Player en su sistema— y de los servidores —solo ofrecía Internet Explorer, pero tuvo que dar información a los rivales para integrar otros programas—. Microsoft fue multada otras veces por su dominio: 280,5 millones en 2006 por no dar información a sus rivales y 899 millones en 2008 por cobrar un elevado precio a sus competidores por esos datos para que fabricasen productos compatibles con Windows.

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